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No hacía ni cinco minutos que Hyungwon había empezado a comer cuando Wonho entró por la puerta de entrada, limpiando los últimos rastros de sangre que pudieran haber quedado en su boca después de alimentarse.

Wonho entró hasta la habitación, se quitó la ropa manchada de gotas de sangre y se puso simplemente una camisa larga.

A continuación buscó a Hyungwon y siguió el olor extraño que había en la casa hasta llegar a la cocina. Wonho ya no recordaba el olor de la comida recién hecha y por eso, cuando entró en la habitación y vio a Hyungwon comiendo, casi se golpeó a sí mismo por haber considerado extraño aquel olor.

- ¡Wonho!- exclamó Hyungwon con una sonrisa al ver al otro de pie junto al vano de la puerta-. ¿Quieres un poco?

Wonho se acercó a la mesa y se sentó en la silla que quedaba en la diagonal de Hyungwon, observándolo. El menor se ruborizó un poco al ver que Wonho sólo llevaba ropa interior cubriendo la parte inferior de su cuerpo, y desvió la mirada para volver a comer.

- No, ya estoy satisfecho -dijo con una sonrisa triste-. Además, la comida no sacia mi hambre, ya lo sabes. En realidad, ni siquiera consigo distinguir su sabor.

Hyungwon le dirigió una mirada triste al mayor, quien seguía con la barbilla apoyada perezosamente en la mano.

- ¿Dónde encontraste todo eso? -preguntó, señalando con la cabeza los paquetes abiertos y las ollas en el fregadero.

- Ah... -comenzó diciendo Hyungwon con torpeza-. Tal vez, sólo tal vez... me haya puesto a rebuscar en toda tu cocina y en la despensa, buscando algo para comer.

Wonho se echó a reír y Hyungwon lo miró sorprendido, pues esperaba la reacción contraria.

- No pasa nada. Si tenías hambre, has hecho bien en cocinar -dijo Wonho, sonriendo brevemente antes de pasarse la mano por la cara, como si estuviese pensando-. Hyungwon...

- ¿Sí? -preguntó el menor, mientras chupaba un espagueti para meterlo dentro de la boca.

- ¿A qué sabe? -preguntó Wonho con una mueca-. El sabor de tu comida. ¿Cómo es?

Hyungwon se sorprendió con la pregunta, pero luego sintió un gran remordimiento por estar comiendo en presencia de Wonho. Frente a él estaba un inmortal que no se alimentaba de nada más que de sangre desde hacía casi 700 años, y Hyungwon estaba comiendo en su cara, recordándole el hecho de que ya no era humano.

- Ah... -comenzó receloso-. Está... rico. Creo que cocino bien... No sé cómo explicarte a qué
saben mis espaguetis. Son salados, pero en su justa medida, y la salsa es un poco dulce.

-No importa si no eres capaz de explicármelo... En realidad, no recuerdo el sabor dulce o salado que proviene de los alimentos... Cualquier descripción que me hagas me dejará igual de confuso.

Wonho sonrió con tristeza y Hyungwon se mordió el labio inferior con fuerza.

El corazón del enfermero dolía y ni siquiera estaba pensando cuando se levantó de la silla y se acercó a Wonho. A continuación giró su silla con fuerza y dejó al descubierto sus piernas desnudas, frente a él. Hyungwon tampoco estaba pensando cuando se sentó en el regazo de su futuro asesino, colocando una pierna a cada lado de su cuerpo, y lo abrazó con fuerza.

Wonho abrió los ojos, sorprendido, y no correspondió a su abrazo. Hyungwon hundió su cabeza en la curva del cuello del inmortal y comenzó a depositar delicados besos a lo largo de toda su extensión.

- Perdóname... -gimió Hyungwon, y Wonho noto que sus músculos se relajaban-. No debí comer delante de ti.

Wonho agarró a Hyungwon por los hombros y lo apartó con delicadeza de él.

Sodomía |2won|Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum