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- Toma -Hyungwon le lanzó una bolsa de A+ y Wonho levantó el rostro del libro.

- Sabes que no necesitas robar sangre... Te pueden pillar... -dijo, aceptando la pequeña bolsa roja.

- No sabrán nunca que eso ha desaparecido. Ahora, bebe -dijo Hyungwon, dándole unos
golpecitos en la cabeza, como si estuviese felicitando a un cachorro por una buena acción-. Me voy a la cama. Cuando termines, ¿vienes?

-Espérame despierto... -respondió Wonho con una sonrisa maliciosa; Hyungwon se echó a reír y desapareció por el pasillo.

Wonho abrió el envoltorio con cuidado ycomenzó a beber. No era divertido, y la sangre no estaba tan caliente como recién extraída de una persona aún viva, pero se estaba acostumbrando a ese estilo de alimentación. Evitaba al máximo morder, aunque fuese de broma, cualquier parte del cuerpo de Hyungwon, por miedo a descontrolarse y hacerle daño.

Algunas veces, el hambre de Wonho era tan intensa que se encerraba en el baño con algunas bolsas de sangre y salía de allí horas después, cuando se sentía nuevamente recuperado. Hyungwon siempre se quedaba al otro lado de la puerta, golpeándola suavemente y hablándole para tratar
de calmarlo. Al inmortal le gustaba torturar a Hyungwon con palabras y gestos. Le gustaba verlo suplicar por un roce o irritarlo a veces con algún comentario innecesario.

Pero lo que más le gustaba era abrazarlo antes de dormir y despertarse con las prisas del menor, vistiéndose de cualquier forma
porque llegaba tarde al trabajo. Le encantaba besar sus mejillas sonrosadas y besarlo
traviesamente cuando el silencio se instalaba entre los dos. Wonho sentía que vivía cuando estaba cerca de Hyungwon. Se sentía casi humano.

••••

Era viernes; un día normal y soleado para la mayoría de la gente. Ambos, humano e inmortal, estaban en medio de un supermercado a última hora de la tarde.

Wonho jamás había pisado un supermercado moderno, pues no tenía sentido ir a donde se vendía comida que él no podía comer, pero Hyungwon iba a pasar el fin de semana en su casa y ni siquiera había comida instantánea en los armarios. Cuando Hyungwon dio la idea de salir solo, Wonho se lo impidió rotundamente. Se vistió rápidamente con un sombrero, gafas de sol, un abrigo rojo y una bufanda, negándose a dejar que el menor fuese solo a un lugar que el inmortal desconocía.

La luz del sol lo incomodaba, pero Hyungwon
sostuvo una sombrilla sobre ambos durante todo el camino para protegerlos de los rayos UV. Dentro del supermercado, Wonho metió todos los accesorios extra que vestía en la mochila que llevaba Hyungwon a la espalda, y se quedó sólo con el abrigo rojo, puesto que le incomodaba mostrar sus muñecas tatuadas.

Las luces artificiales del local no le molestaban, aunque la presencia de la gente lo pusiera un poco nervioso. Eran demasiadas presas, y su hambre siempre era difícil de controlar.

- Estoy aquí contigo, no lo olvides... -Wonho sintió un apretón en su mano mientras observaba a las posibles víctimas que caminaban y, al mirar a su lado, vio a un Hyungwon sonriente que transmitía cariño y seguridad.

Wonho le respondió con otro apretón, entrelazando sus dedos y sintiendo cómo el calor del menor traspasaba su piel fría. Claro, Wonho no tenía nada de qué preocuparse; no estaba solo.

El carrito de ambos ya tenía algunos productos dentro cuando Wonho vio algo que llamó su atención en la sección de electrodomésticos. Corrió hasta quedar frente a un producto que había visto en un programa de televisión y lo observó, admirado. Era algo que él no entendía muy bien, pero el anuncio decía que el producto aspiraba la suciedad e higienizaba el local con vapor.

Sodomía |2won|Where stories live. Discover now