Bring Me Home (Lauren Jauregui y tú)

Capítulo 6

-¡Lauren, vámonos!

-¿Puedes decirme ahora a dónde vamos? No quiero otra estúpida fiesta -la ojiverde caminó hacia Dinah junto a la puerta.

-¿Una fiesta en la tarde? No somos abuelas, Lauren. Iremos a Nunca Jamás -se burló. Lauren rió negando con la cabeza.

Bajaron al aparcamiento de los departamentos subiendo al auto de la rubia, conduciendo por las calles de Miami.

-Ya dime, ¿a dónde vamos? ¿me estás raptando? -divertida, fijo su mirada a Dinah.

-Vivimos juntas, técnicamente ya te tengo raptada, cariño -dijo guiñándole un ojo.

Riendo. -No jodas, y dime a dónde vamos.

-Te compraré un regalo por tu cumpleaños -dijo sonriendo.

-Dinah, mi cumpleaños 22 fue en Junio, ¡Estamos en septiembre, Beyoncé!

-¿Lo quieres o no?

Haciendo un puchero. -Sí.

-Entonces cállate y disfruta el camino, intento de hetero.

Esa tarde luego del trabajo Dinah tenía el plan de llevar a Lauren a la biblioteca, esperanzada de encontrar a la chica ruda. Sabía que Lauren salió muy herida de la última relación que tuvo con Luis Felipe estúpido Santos. Las demás chicas trataban de animar a Lauren presentándola con varios tipos, incluso chicas, pero Lauren intento de hetero rechazaba ambos. Había superado al idiota de Luis, pero quería encontrar a alguien mejor que solo ligues.

Llegaron a la biblioteca a las 15:00hrs. Al entrar la rubia empezó a buscar con la mirada a alguien que tuviera las características que había escuchado de la descripción de la chica ruda, puesto que no la había visto aún.

Lauren, por otro lado, fue directo a los autores filosóficos. Por una simple razón.

-¡Normani! ¡Mueve tu culo! -el grito no solo llamó la atención de ambas amigas, sino de todas las personas en la biblioteca. La chica con la voz proveniente no dio atención a todos los ojos fijos en ella y a su amiga que caminaba detrás.

Lauren no pudo resistirse y observó por los agujeros entre los libros si era quien ella creía que era. Efectivamente. No sabía si sentía gusto, incomodidad, o un poco de ambas.

Dinah, que había observado ese gesto de su amiga fue con ella, quedándose a su lado. -Es ella, ¿cierto? -preguntó a la más baja.

-¿De qué hablas? -dijo desatendida tomando un libro del estante, viendo con disimulo por el espacio que había dejado a la chica ruda.

-Ella es la misteriosa -enarcó sus cejas a la ojiverde.

Volteando hacia su amiga. -¿Cómo estás tan segura? -dijo retándola.

-Por favor, intento de hetero, fueron buenas las descripciones que hicieron de ella. Es linda -dijo viendo por el mismo espacio.

Sin gustarle eso último. -No es importante.

-¿Tú otra vez? -escuchó una voz a sus espaldas. No, una voz no. Esa voz. Lauren abrió los ojos alarmados hacia Dinah, que veía sorprendida a la chica ruda por su pinta. Esta última caminó hasta quedar al lado de la ojiverde. Ella ni siquiera volteó a verla. 

-Vaya, Lauren, y yo que pensaba que tú eras una chica ruda. Ahora veo que no -dijo viendo aún a la mujer con ropas oscuras y botas de cuero frente a ella.