V - El Tridente

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Los días posteriores hasta llegar al Tridente fueron tensos en la carroza de viaje

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Los días posteriores hasta llegar al Tridente fueron tensos en la carroza de viaje. Mayleen no soltó palabra desde que terminaron la conversación de matrimonios y Sansa y Myrcella hacían cuanto podían para evitar la tensión.

—Vamos a montar el campamento por unos días aquí —empezó diciendo ser Barristan Selmy, uno de los mejores caballeros de la Guardia Real—, su Majestad cree que descansar nos vendrá bien a todos.

—¿El Tridente? ¡Qué predecible!

—¿No fue aquí donde vuestro padre ganó la guerra?—. Preguntó Sansa miranso a May. Cersei la miró analizándola. Era obvio que su comentario burlón tenía referencia a la victoria de Robert.

Mayleen salió al exterior escabulléndose de la gente y quedó asombrada ante la belleza de los bosques y de su frondosidad. De igual forma, carecía de esa magia que la nieve dotaba al Norte, pero comparado con el Bosque Real de Desembarco, este era magnífico. Caminó a lo largo de las tiendas, visitó la que sería suya y fue en busca de su pequeño y regordete hermano Tommen, quien montaba alegre en su poni.

—¡Tommen!—. El chiquillo, sonriente, trotó hasta ella, se bajó del animal y la abrazó.

—Padre dice que organizará unos eventos de justas y luchas y que participaré en ellas.

—¿Padre ha dicho eso? No creo que él...— Mayleen arrugó la nariz. No estaba convencida de lo que Tommen le decía.

—Bueno… en realidad ha sido Jamie. ¡Me enseñará a usar la espada! Y yo te enseñaré a ti.

El chico subió de nuevo al poni y caminaba con su hermana a su lado. May le agradecía sus ganas de enseñarla, pero que al ser mujer, Cersei lo impediría.
Siguieron de paseo hasta que el pequeño de los Baratheon estuvo cansado y hambriento, por lo que Mayleen le llevó de nuevo junto a los criados. Allí vio a Arya con el mismo niño del anterior día, corrían con palos en la mano.

—Aparejad a mi caballo. Rápido, tengo ganas de salir al campo—. Le ordenó a un mozo de cuadra que estaba abrevando a más corceles. Mientras esperaba se acercó a Sansa y la agarró le brazo.

—Estoy segura de que jamás habíais visto un paisaje como el de Desembarco. Os va a encantar y ya que os casareis con mi hermano, ambas seremos hermanas, ¿qué os parece, lady Sansa? Compartiremos cuarto, vestidos, bromas y cotilleos.

—¡Dejad a mi prometida, hermana! No la espanteis con esa verborrea vuestra. Sois mayor que yo. A estas alturas debías de estar casada y pariendo bebés berreantes para algún señor.

—Sí, es cierto, quizás debería buscar a Oberyn Martell. Soy doncella, hermosa y de familia rica. Tampoco se negará a dejarme su semilla un par de veces—. Puede que lo dijera en broma, pero a Joff no le hacía la menor gracia. Se estaba burlando de él.

—Sois despreciable. Salid de aquí. Tarde o temprano seré rey y no tendréis el poder ni valentía de hablarme de esa manera.

—Con un poco de suerte, vos no reinaréis jamás—. El mozo llegó con Chase y le tendió las riendas. El futuro rey hablaba mientras su hermana montaba.

Lannister || Juego de TronosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora