XV - Dragones

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Todo había acabado para siempre

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Todo había acabado para siempre. El único aliado de verdad en toda la ciudad había muerto. Su único amigo. Despacio comenzó a oír los gritos de alegría de la gente y poco a poco se obligó a mirar la sangrante cabeza del señor de Invernalia. Sostuvo cuanto pudo la vista, pero era desgarrador observar la imagen.
Cuando Swann dejó de percibir la resistencia de la chiquilla la soltó, aunque continuaba alerta. Mayleen se acercó con cuidado a Sansa y le puso una mano sobre el hombro. No le salían las palabras. La pelirroja lloraba sin parar, pero no conocía la estrecha amistad entre su padre y Mayleen, por lo que apartó bruscamente la mano de la chica. La Lannister entendió la respuesta y se dirigió a su caballo, quería encontrar a alguien antes de volver a Palacio. Ya no tenía a nadie que la vigilara y protegiera. Estaba sola.

Entre el revuelo y festividad le fue sencillo pasar desapercibida, más o menos. Puso a Chase al trote y buscó por todos lados los carruajes del los Cuervos de la Guardia de la Noche. Ese era el único sitio donde el tal Yoren podría haber ido. Cuando vio un hueco libre, puso al caballo a galope hasta que casi choca con un hombre.

—¡Cuidado! ¿Acaso no sabéis manejar a esa bestia?—. Soltó enfadado el joven desde el suelo y Mayleen no estaba lo suficientemente animada para ser cortés.

—¿Acaso no tenéis vos dos ojos con los que mirar, Gendry? —el aludido miró hacia arriba y sus azules ojos se encontraron con los verdes de May— ¿Os dirigíais a algún lugar?

—Sólo vine a ver… —carraspeó la voz— la sentencia. Como toda la ciudad.

—Deberíais huir como voluntario al Muro, os diré que a partir de hoy los bastardos van a tener una vida más peligrosa, digamos que vos, entráis en la lista de principales buscados. Huid antes de que corráis el mismo destino que —se le cortaron las palabras de repente y notaba que no podía articularlas bien—… Lord Stark.

En ese momento a Gendry se le pasaron dos preguntas por la cabeza y resultaba que aquel aprendiz de herrero no estaba muy acostumbrado a pensar las cosas dos veces.

—¿Por qué os afecta tanto la muerte de un hombre que ni si quiera es de vuestra familia?

—No tenéis ni idea de mi vida, herrero, así que os pediría que cerrárais la boca y os largárais de este lugar.

—¿Acaso sabéis vos de la mía? Vais por vuestra vida como si fuérais mejor o superior que aquellos a los que miras, per...—. Mayleen le cortó aquel reproche y le señaló con el dedo.

—¡Sois hijo de alguien importante! ¡Sois una amenaza a los ojos de Cersei y cualquiera que se mete en su camino sale herido! —sollozó y suspiró. Se encontraba moralmente destrozada como para seguir luchando contra un terco cervatillo— Hacedme un favor y procurad que no nos volvamos a ver—. Gendry ablandó sus facciones y puso una de sus manos sobre las de ella.

—Lo siento. Está bien, pero… ¿Por qué no queréis volver a verme? ¿No os estaréis enamorando de mí, princesa?—. Ella apartó la mano con un gesto brusco, se notaba que intentaba hacerla reír, por lo que puso los ojos en blanco.

Lannister || Juego de TronosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora