~Alex, deje de tocarmela.~

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-Cariño, ¿cómo has continuado de la infección?- La cálida voz de su madre le recibió a través de la llamada.

-Ya estoy perfecto, ya recuperé mi voz y he tomado todos los antibióticos.- Inko sonrió satisfecha, si su niño estaba bien ya no importaba.

- Eso me alivia.- Suspiró, esperaba que la siguiente pregunta no tuviera una respuesta complicada.- ¿Y con Katsuki-kun? ¿Cómo están las cosas?- Izuku se sonrojó al recordar esa mañana, era un alivio que su madre no pudiera ver su rostro.

-E-estamos bien. Ya hablamos lo suficiente para llegar a un acuerdo.- Explicó sin dar muchos detalles, aún Katsuki y él debían hablar de muchas cosas para de verdad estar bien sin peleas ni malentendidos.

 Ahora saber que ambos se amaban les llenaba el corazón pero el rubio había tenido razón cuando dijo que el amor no era lo único importante, sin embargo si era un principio y a partir de eso lograrían resolver sus problemas individuales y como pareja, porque se amaban y no querían estar sin el otro. Por el momento era suficiente.

- Me alegro tanto, espero que ambos sean muy felices.- Izuku sonrió feliz, escuchar como su madre empezaba a aceptar a Kacchan lo hacía más que feliz.- Ambos platicaron un rato más hasta que la mujer le dijo que debía cortar.

Inko estaba muy tranquila. Luego de que el rubio se había aparecido en su casa con el propósito de cuidar a Iuku le indicaba que verdaderamente el chico estaba preocupado por su hijo y que el sentimiento era genuino. Recordaba el rostro ansioso de Katsuki cuando llegó del trabajo, el chico estaba sentado al lado de la cama de Izuku, simplemente recostando su mejilla en la cama mientras observaba al pecoso, al percatarse de que la mujer había llegado se puso muy nervioso, tan solo le informó el estado de Izuku y se marchó, tan rápido que dejó la chaqueta olvidada.

Sonrió, ella de todo corazón esperaba que ambos pudieran ser muy felices. Tomó de nuevo su celular con propósito de hacer una llamada que tenía pendiente desde hace un tiempo, ahora debía pedir disculpas y una reconciliación con la nueva parte de su familia.

-¡Hola, Mitsuki-chan! ¿Crees que podamos hablar?-

Bajó las escaleras rápidamente, estaba bastante apresurado por salir del lugar. Eran casi las siete de la noche, tenía bastante tiempo para salir a entrenar por un rato y solo esperaba que nadie lo viera porque sabía como sus amigos se pondrían si lo veían salir a esa hora luego de haber estado enfermo.

Pero es que simplemente no podía más. Necesitaba salir a correr, entrenar un rato su quirk, estar en movimiento. Odiaba simplemente estar echado sin hacer nada, perdiendo el tiempo cuando podía estar practicando para ser el mejor héroe, no podía estar quieto. Fin.

Caminó rápido, pasando por la sala común, pero cuando casi llegaba a la puerta una voz lo detuvo.

-¿A dónde crees que vas, pequeña mierda?- El enojo en la voz de Katsuki lo hizo temblar. Se volteó lentamente, mirando a su dirección.

Bakugo estaba sentado en uno de los sofás ayudando a Denki, Eijiro y Hantacon la tarea pero las pisadas apresuradas lo hicieron volteandose, encontrando a Deku a punto de salir con ropa demasiado ligera, suponía que ese pequeño peliverde adicto a entrenar iría a gastar las últimas horas del día entrenando como un maniático. Algo que no le agradó para nada debido a su reciente enfermedad.

-¡K-Kacchan!- Vociferó con miedo. Pensaba que la probabilidad de encontrarse con el rubio en la sala común era nula por eso no se preocupó tanto, ahora probablemente estaría metido en un problema.- Y-yo, yo iba a entrenar un poco.- Suspiró mirándose las manos con vergüenza por ser atrapado. Kirishima y Kaminari lo veían con lástima por la próxima regañina que le echaría el rubio, pero Katsuki solo resopló.

El Mejor Novio.|KatsuDeku|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora