~Me comí una salchipapa.~

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Kacchan ♡:

⤷Espero que estés listo a las 5:30am, nerd.

⤷Te patearé el trasero si estás tarde.

⤷No olvides que nadie puede saber que eres tú.

Izuku miró sus celular con el estómago en un nudo.

Era lunes en la noche. Sus dos semanas de vacaciones habían iniciado justo el sábado en la mañana. Desde ese día no veía a Kacchan, ambos había estado demasiado ocupados con sus propias familias, disfrutando un poco del tiempo que tendrían con ellos antes de que la semana  del campamento intensivo comenzara.

Y ahora al recibir esos mensajes lo hacían ponerse mucho más nervioso.

Katsuki le mencionó el hecho de que tenían planes desde el martes, un día antes de su cumpleaños. Solo le dijo que alistara una maleta para cuatro días, ropa de escalada y de playa y al parecer ya todos los permisos con su madre estaban listos, él había hablado con ella y al parecer Inko solo le había pedido que lo cuidara.

 ¿Donde carajos lo llevaría? No podía dejar de preguntárselo. Todo parecía tan extraño y el hecho de tener que viajar disfrazados para evitar ser vistos por la liga de villanos solo le hacía pensar que sería un viaje algo largo. 

Suspiró sujetando el celular contra su pecho. Katsuki era tan extraño y tan increíble que solo podía llenar su corazón de un montón de emociones felices innombrables, tantas que no las podría ni contar, lo mucho que le gustaba como él era, lo mucho que lo amaba.

Katsuki tocó la puerta, estaba tan nervioso que no lo diría jamás. La madre de su novio abrió la puerta con una gran sonrisa lo recibió.

Inko sabía que Katsuki llevaría a su hijo a un viaje que había estado planeando junto a sus padres, un viaje para celebrar el cumpleaños diecisiete de el peliverde. Estaba muy emocionada por ambos ya que al parecer la relación de los chicos lo único que hacía era fortalecerse cada ve más y el hecho de que Bakugo hubiera planeado tanto todo esto solo le daba paz al saber lo mucho que él a amaba a su hijo y lo mucho que lo cuidaba.

-¡Cariño, Katsuki está aquí! -Una voz atragantada se escuchó desde dentro. Katsuki sonrió sabiendo que posiblemente el peliverde estaba desayunando. "Deku y su impuntualidad". -Puedes entrar, cielo.- Ofreció la mujer a su yerno, Katsuki asintió, entrando.

-Debería bajar la maleta de Deku al auto.  - Inko asintió caminando delante de él. 

Entró al lugar, pasando por el comedor miró al peliverde tragarse rápidamente su desayuno. Quiso burlarse del pecoso al verlo masticar tan rápidamente, con sus mejillas atiborradas de comida, su rostro somnoliento y cabello desacomodado, sin embargo la imagen le causaba más ternura que burla.

Se acercó a dejar un suave beso en la cabeza del chico, casi cuatro días sin verlo era un fastidio para su alma. Se había acostumbrado a dormir como un pulpo agarrado a el chico por lo que ahora tenía que abrazar una estúpida almohada si no no lograba conciliar el sueño.

- No te atragantes, Deku, aún tenemos tiempo. - Le dijo antes de caminar hasta la habitación del peliverde para llevarse su maleta.

Era una gran alivio que sus padres su hubieran ofrecido a llevarlos hasta su primer destino, de lo contrario hubiera sido totalmente cansino tomar un taxi hasta la estación y luego el tren hasta el muelle. No tenían suficiente tiempo para viajes tan largos y ahora, el tiempo en carro hasta el muelle solo duraría cuarenta y cinco minutos. 

Katsuki se despidió de su suegra con un rápido abrazo y beso que le brindó la mujer. Estaría mintiendo si dijera que no le gustaba el hecho de que Inko lo tratara con tanto amor y ternura luego de todo el problema entre ellos dos. La peliverde se había convertido en su segunda madre luego de un mes, era simplemente adorable.

El Mejor Novio.|KatsuDeku|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora