Chapter 11

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Lyra despertó muy temprano, sintió como si hubiera dormido toda una eternidad. Miró la foto a su lado y sonrió débilmente aún somnolienta. No recordaba haber visto a su madre tan relajada, tan feliz o siquiera tan enamorada de alguien. Sirius parecía sentirse de la misma forma, en aquella foto le besaba con tanto ímpetu como si todo ese amor desbordara de su cuerpo, tratando de darle a entender que le reclamaba para sí.

Recordó algo después de ese pensamiento, a su memoria vino el beso que Alexander le había dado. Había esperado tanto por aquello que de pronto un remolino en su estómago comenzó a surgir. ¿En realidad sentía algo por ella? Tocó sus labios ligeramente con la punta de sus dedos y cerró los ojos por unos segundos. Alexander era inteligente, terriblemente guapo pero su defecto mas acérrimo era aquel carácter poco dócil y explosivo.

- Apolo – susurró cuando su mente hizo que una chispa se encendiera. Corrió hasta donde estaba su chaqueta y de su bolsillo sacó un pedazo de pergamino. Sonrió cuando se dio cuenta que a diferencia de Niké que tenía por costumbre sellar sus cartas con el escudo de la familia Devilliers, Apolo solo había sellado con una cera simple sin ninguna alegoría.

Lyra

- Sutil Apolo, como siempre, directo al grano – sonrió mientras continuaba leyendo.

Tengo noticias para ti, pero hablar en casa de Gideon era una misión suicida. Annabelle estaba en una misión para el Presidente, consistía en buscar a Seferos Ubunta, una profetisa, fue su misión antes de que sucediera el asunto que ya sabemos en Ilvermorny. Seferus Ubunta es una amiga cercana a Nicolas Flamel, ha desaparecido luego de que Thackery escapara de Nurmengard. Al parecer hay indicios de que Thackery quiere obtener sus escritos y no solo eso, poseer su mente como intentó hacerlo años atrás, es probable que ella sepa algo que a él le interesa. ¿Tienes alguna idea de que pueda ser?

No esperaré tu respuesta, nos veremos pronto.

Con amor, Apolo

Ella había escuchado ese nombre una vez, en la tribu Nahari una vez que su madre estuvo en un viaje a Africa. Su nombre era respetado tanto que no todos tenían el derecho a nombrarle. ¿Qué tenía que ver esa mujer en todo eso? Era algo que debía averiguar.

De todos los sueños extraños que había tenido, el sueño con Annabelle había superado a todos, sobretodo luego de aquella mano que casi lo atrapa. Sintió un toque delicado en su brazo sin embargo aunque decidió ignorarlo, el toque se hizo insistente y mas fuerte.

- Joder...Sirius, alguien está en la puerta.

Aquella voz y la preocupación que traía, además de la frase le hicieron alertar. Sirius se levantó de golpe asustando a Lyra que le miraba con ojos sobresaltados.

- Toma tu varita, quédate aquí. Ni un sonido, ¿me entiendes? – ella dudó pero asintió – Si ves algo extraño, simplemente vete de aquí, ve a la casa de Gideon y quédate ahí. ¿Esta bien?

- ¿Sabes que puedo defenderme? Si me necesitas yo...

- No – negó con firmeza - es una orden Lyra, estas bajo mi cuidado y quiero que la cumplas. Por favor – la puerta volvió a sonar.

- Esta bien, ni una palabra – ella hizo un ademán de que cerraba su boca y Sirius asintió mas seguro.

El ojigris se puso la camiseta que estaba al borde de su cama y salió dejando la puerta de su habitación entreabierta. El llamado parecía insistente, y aunque estaba alerta, se preguntó si algún mortífago tocaría a la puerta solo por cortesía. Tenía la varita preparada para cualquier eventualidad, aunque al abrir la puerta la sorpresa le embargó, una que también le heló el cuerpo.

Los Merodeadores - Reescribiendo el FuturoWhere stories live. Discover now