Chapter 37

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Si las cosas no se habían puesto difíciles en Hogwarts, Lyra se daría cuenta que definitivamente una ley universal se cumpliría facilmente; todo lo que puede salir mal, saldrá mal.

Dolores Umbridge decretada como alta inquisidora había emitido una serie de ordenes que solo restringían mucho mas la vida en la escuela y la pelinegra estaba comenzandolo a resentir. Una de ellas era la prohibición para el uso de artefactos de broma, muy en específico de Sortilegios Weasley.

Para peor suerte, las clases de Defensa y Pociones se volvían una completa tortura para Harry y ahora para Lyra. Parecía que Severus Snape estaba decidido a hacerlos pagar por los crímenes que sus padres habían cometido en su adolescencia y que a boca de Harry, no había podido superar. Vio como la poción de su compañero de anteojos era aceptable y Snape simplemente había desechado todo su esfuerzo dejandole sin calificación y con la moral destruída además de un humor de mil demonios.

- No te culpes, Potter - soltó Lyra mientras pasaba un brazo por sus hombros tratando de reconfortarle - diste tu mejor esfuerzo. Pero ni siquiera yo que realmente he hecho la poción a la perfección pude obtener algunos puntos. Cara de murcielago seguramente así hagamos una poción para la inmortalidad, nos pondría un cero y diría - Lyra aclaró su voz e imitó a Severus Snape, según Harry, casi a la perfección - Señor Potter, usted no podría hacer esta poción ni que yo mismo hiciera un Imperius a su triste y desdichado cuerpo.

Harry soltó a reir, de mejor animo. Ella le soltó y le dio unas palmaditas amistosas en el hombro.

- Creo que nos veremos en un rato, iré a buscar a Fred y George - le dijo pero él le tomó del brazo reteniendole.

- ¿Algo que deba saber? - le picó y ella enarcó una ceja.

- Nada que sea de tu incumbencia, chismosito - le sacó la lengua - Otro secreto por descubrir para tu lista. Además, deberías prestar mas atención, Cho no ha dejado de intentar toparse contigo - guiñó dejandole ahí en el pasillo.

Cuando Hermione y Ron lo alcanzaron el ya tenía muchas cosas en mente. La cicatriz le había estado doliendo desde hacía un tiempo y los sueños recurrentes donde el sentía que estaba fuera de su cuerpo eran cada vez mas repetitivos. Decirle a sus padres era una opción e incluso escribirle a Sirius o Remus, pero no quería preocuparlos y enviar una carta era mas que peligroso ahora que el correo estaba siendo revisado. Odiaba a Umbridge quizas tanto como odiaba a Snape y sinceramente estaba a punto de dejarla al mismo nivel; había hecho de su materia favorita una completa tortura y desestimarlo no había ayudado en su humor, en lo absoluto.

Por otro lado, estaba el hecho de que aunque quería acercarse a Cho, ella simplemente estaba rodeada de todas aquellas chicas, siempre andaba en grupo y eso le molestaba ciertamente. Tambien, había algo que le estaba rondando y era lo que habia visto en el mapa un par de noches atrás.

Mientras trataba de distraer sus pensamientos, observó el punto en el mapa que llevaba el nombre de Lyra pero no estaba sola, a su lado el nombre de Fred Weasley se mostraba claramente. ¿Que podrian estar haciendo juntos a tan alta hora de la noche? Pensó quizás que seguro estaban tramando una de sus ahora acostumbradas bromas, hasta que los vio entrar en uno de los salones vacíos mientras estaban cerca y donde se quedaron en el mismo sitio por mas de unos buenos minutos.

¿Acaso ella y Fred estaban juntos? ¿Por qué no se lo había comentado? No es que fueran los mejores amigos, pero definitivamente se llevaban mejor que antes. Sintió un pinchazo de molestia, ¡el era mayor que ella! Sirius mataría a Fred seguramente si se enteraba. De alguna forma, no era extraño que ambos salieran, tenían varias cosas en común, pero aún así, sintió como una alta traición todo aquello.

Los Merodeadores - Reescribiendo el FuturoWhere stories live. Discover now