Luna fría*
Amanece el poblado bajo una densa niebla que asciende del lago. El silencio turbado por el llanto de algún niño, canto de gallos, ladrido de perros y chasquidos de los rescoldos de las hogueras en la gran Esbat* de la noche anterior, la primera de la estación invernal.
Los guerreros, al abrigo de la luna de frío, colocaron sus mantas frente al gran fuego, comieron y bebieron hasta saciarse, cantaron y contaron viejas chanzas. Los niños se agolparon atónitos sobre bardos y cuentacuentos que trovaban hazañas pasadas de guerreros valerosos, leyendas de duendes, genios, gnomos, elfos y hadas; incluso de algunas visitas de sus dioses ancestrales. Las mujeres recogieron las ascuas renovadas* para sus lares, bailaron y compartieron secretos ocultos. Y los enamorados escondieron sus arrullos al abrigo del abedul. En aquella noche mágica.
Pronto comenzarán a despertar y el poblado se convertirá en un hervidero de prisas, preparativos y últimas despedidas. Vendrá el mago desde el Nemat* para bendecir a los jóvenes que eligieron el camino de la espada. Los iniciados marcharán y no volverán hasta la próxima luna de frío con la cabeza de algún demonio clavada en una estaca. Traerán caballos, regalos y apasionantes historias que contar al calor del fuego para ser recordadas por barbos durante largo tiempo. Pero de aquellos que no regresen nadie hablará más, serán olvidados.
−¿Te gustaría marchar con ellos? −En la niebla la voz del mago. Sus rasgos de ciervo en cruce de miradas.
−Mi camino no es el del guerrero.
−¿Eres la niña Mariposa, hija de Médico?
−Soy la segunda, no soy niña, soy mujer.
−¿Sabes por qué somos Pueblo Arbóreo?
−Porque nuestros ancestros sellaron un acuerdo con los árboles de nuestra tierra natal.
−¿Aprendiste los misterios de las plantas y las flores?, ¿conoces los nombres de los árboles que hablan?
−Mi padre compartió conmigo sus conocimientos.
−¿Aprendiste el arte de la lucha?
−Recibí la instrucción de los maestros guerreros, estoy preparada si soy llamada a defendernos.
−Ven, despidamos juntos a los iniciados, les colmaremos de bendiciones, invocaremos espíritus de viejos guerreros que les infundan valor, avisaremos a los duendes y a las hadas para que guíen sus caminos e imploraremos a nuestros dioses pidiéndoles protección.
Se alza el viejo sol, parco en sus primeros rayos. Sigo los pasos del mago que camina con un una varita golpeando los linderos del camino.
−Sabes Mariposa qué estoy haciendo.
−Alejando los espíritus del año viejo con una ramita de Abedul.
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Maga Mariposa (Cuento ilustrado)
FantasyTrece capítulos de trece árboles mágicos y trece lunas que, se corresponden con un ciclo anual de un año Celta. Vivirás y aprenderás los secretos de la magia de la naturaleza de la mano de una aprendiz de druida en el primer año de su iniciación. ...