XI Gort*

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Luna de Luto*

     Desde esta atalaya, Refugio del Dragón, puedo divisar ese océano profundo que envuelve todo bajo nosotros y se derrama en manto de tinieblas sobre el horizonte, la luz de mi interior palpita con más fuerza. El aleteo de un ave asciende desde la niebla, en mi hombro se posa el búho, ulula feliz, en su espalda un hada desvalida. Entre sollozos se lamenta −Estoy sola, no sé dónde están las otras, mis alas están quemadas.

     −No te preocupes pequeña, ahora estás entre amigos, tus alas irán creciendo poco a poco, para eso tenemos la magia

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     −No te preocupes pequeña, ahora estás entre amigos, tus alas irán creciendo poco a poco, para eso tenemos la magia. Ven, acompáñame, quiero presentarte a mi hermana menor, está triste y necesita que la cuiden, si haces eso por mí te nombraré reina de las hadas.

     − ¿Sí? Me gustaría conocerla, puedo contarle muchos secretos de las plantas y de los árboles.

     La llevo al encuentro de la hermana, sus ojos tristes se llenan de luz al ver al hada. −Mira hermana, madre me dio esta marmita dorada, me dijo que la guardara hasta su regreso.

     −Cuídala mi amor, atesora buenos recuerdos. ¿Me harías un favor? Quiero que vayas con esta hada al almacén, hagáis un inventario de todas las semillas y que las cuidéis bien hasta que volvamos a nuestros bosques para sembrarlas, es encargo importante el que os encomiendo.

     −Claro que lo haremos, confía en nosotras.

     −Confía en nosotras- repite el hada.

     Llamo al caudillo de la fortaleza y a la hermana mayor. El búho observa atento sobre mi hombro, ulula. −Informe...

     El caudillo toma la palabra −tenemos los guerreros bien pertrechados y preparados para la defensa de la plaza, algunas armas pesadas listas para entrar en funcionamiento. Tenemos provisiones y agua para resistir un asedio largo, aunque no sepamos contra lo que vamos a enfrentarnos, ni durante cuantas noches tengamos que aguantar.

     −Larga será la noche, el tiempo de una vida.

     El guerrero agacha la cabeza, rostro serio. La hermana toma la palabra:

     −Hay un grupo grande de mujeres preñadas, algunas avanzadas, un cuentacuentos y muchos niños, pequeños para levantar un arma.

     Tendrán que crecer rápido.

     −Los aposentos comunales están bien atendidos, repartido los trabajos, dosificadas las raciones de alimentos. El Oráculo de la Luna* ayuda con los trabajos, quieren hacerse cargo de la niña de plata, dicen que es frágil y necesita cuidados especiales.

     −Está bien, sean ellas sus protectoras.

     Un silencio en cruce de miradas. El guerrero retoma la palabra − ¿Órdenes?

     −Mandad exploradores, que estén atentos y que avisen de cualquier movimiento extraño. Mantened la guardia y la moral alta de la gente. Estaré pronto con vosotros pero, antes he de atender a nuestro invitado, que nadie nos moleste mientras dure el interrogatorio. El búho ulula.

Maga Mariposa (Cuento ilustrado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora