El Príncipe Del Campeón

Naruto Y Sasuke VI

La aparición de Sasuke y la amazona había sido oportuna, ya que, las
mujeres se encontraban rodeadas de estos feroces animales, los cuales estaban hambrientos y deseosos de probar la carne humana.

De sus grandes mandíbulas emanaba una cantidad de saliva descomunal, mientras gruñían de una manera atemorizante, lo que intimidaba completamente al grupo de
guerreras.

Naruto, quien había sido el responsable de esta situación, había
tomado una lanza entre sus manos, pero al no saber usarla, prácticamente era inútil cualquier acto que pensara ejecutar.

Era un doncel frágil, debido a los años de encierro y sin experiencia en el combate, por lo que, simplemente podía defenderse con pequeños movimientos torpes que ahuyentaban levemente a las bestias.

Cuando ya se vio acorralado contra un
árbol, simplemente apuntaba con la lanza hacia la bestia, pero justo en ese
momento, aparecería nuevamente su salvador, quien se encargaría de
neutralizar al animal sosteniéndolo por el cuello y rompiéndolo prácticamente
de forma instantánea. El animal, ya neutralizado, ya no sería una amenaza para el rubio príncipe, quien corrió hacia los brazos de Sasuke en ese preciso instante.

—Te juro que pensé que moriría. Gracias nuevamente. - dijo el doncel
mientras se aferraba al pecho del varón.

Era la primera vez que estos entraban en contacto físico, ya que, por lo
general guardaban distancia debido a la enorme tentación y debilidad que
sentían al estar juntos. Tanto el azabache, como el rubio, tienen un enorme deseo reprimido en su interior, pero este parece estar muy cercano a estallar, pues ante la poca voluntad existente en ellos, posiblemente terminen involucrados ante tales niveles de deseo.

—Hey, ustedes. Aún tenemos visita, estén atentos. —Indicó Ino,
mientras alertaba acerca la presencia de algunos animales que habían
enfurecido aún más al ver como Sasuke había asesinado a uno de ellos.

El tamaño de las bestias superaba cualquiera que hubiesen visto jamás,
parecían creaciones abominables de la naturaleza, que había incorporado
mucho más musculatura y tamaño en estos animales que ya de por sí en sus
dimensiones habituales ya eran peligrosos.

Eran rápidos y feroces, por lo que,
algunas de las amazonas cayeron víctimas de las fauces de estos animales, los cuales, con simplemente con encajar sus dientes en el cuello, mataban instantáneamente.

Cuando el número de mujeres fue disminuyendo, la ventaja fue aumentando para los lobos, lo que obligó a todos dispersarse para poder salvar su vida.

Si permanecían como una masa de combate, posiblemente los animales atacarían en grupo y acabarían con ellos en un instante. La idea había sido de Sasuke, ya que, dispersándose, podrían ganar un poco de ventaja al dividir a la manada de lobos, contando con la probabilidad de sobrevivir si actúan de manera inteligente.

—¡Si nos quedamos parados aquí, nos matarán! ¡Tienen que correr! —Dijo
Sasuke mientras tomaba a Naruto de la muñeca.

Todos hicieron caso de manera instantánea, ya que, era el momento de
pensar de manera individual y no grupal.

Sasuke corrió hacia los árboles, tomando al rubio de una forma firme, mientras este intentaba mantener el
paso del guerrero. Ambos sentían un miedo increíble mientras la adrenalina nos invadía, el miedo a morir era inminente, pero Sasuke no podía dejar que después de tanta lucha, unos simples animales acabaran con su misión.

Ya tenían bastante porque preocuparse, ya que, desde la aparición de Hashkur en las vidas de ellos había sido un completo desastre.

Ahora, era responsabilidad de el devolverle al príncipe todas sus
comodidades y el poder que este caballero le había arrebatado.