CAPÍTULO VI

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CAPÍTULO VI.- UNA INVITACIÓN INESPERADA

21:09 horas

La música suena a un volumen tenue proveniente de las bocinas integradas al ordenador portátil que descansa sobre las piernas cruzadas de una preciosa pelirroja que contempla embobada la pantalla, y ahí está la imagen de Pepa en el monitor, aunque la fotografía se encuentra ya bastante distorsionada debido a la gran cantidad de zoom que se ha hecho sobre ella.

Una mano de piel muy blanca se estira buscando a tientas un vaso con agua sobre el buró de la cama, al fin lo palpa, lo atenaza y lo traslada hasta su boca, bebe un sorbo, y se queda un rato sosteniéndolo mientras su vista se pierde una vez más en esos ojos, al fin ha decidido que son de color marrón verdosos.

También ha decidido que le fascinan.

Bebe un poco más del líquido transparente que le ayuda a apagar la sed provocada por la ola de calor que se ha desatado esa noche, niega con la cabeza, cierra el ordenador, bebe un poco más y entonces retorna el vaso a su lugar, se cubre el rostro con las manos y vuelve a negar con la cabeza.

Tengo que dejar de pensar en ella- Se regaña a sí misma - Lo que sea que esté pasando no puede estar bien, es que nada más nos despedimos afuera de la sala de briefing y lo único que he hecho es esperar con ansias a que llegue mañana para verla otra vez.

¡Dios, pero que ganas de coger el coche y conducir sin rumbo por la autopista, acelerar y acelerar, subir el volumen de la música hasta que revienten los cristales!

¡QUE NOOO!- Volvió a recriminarse a sí misma - Que no puedo pensarlo si quiera, No puedo volver a correr nunca más, pero es que me muero de ganas de salir de aquí, tengo necesidad de gritar, de sacar toda esta adrenalina que me recorre el cuerpo... Y yo debería estar llorando a Gonzalo, y sin embargo, estoy aquí, desesperada por saber quién es Pepa.

¿Qué carajos hace una violinista metida en la policía? o peor aún, traficando con órganos...

¿Y si resulta que de verdad es una asesina?

¡Que no Silvia! ¡que tiene que ser policía!

En su expediente lo dice claramente, fue fichada por el CNI hace más de 3 años...Claro que podría ser falso, digo también tiene una placa y eso no significa nada.

¿De verdad toca el violín?

Y yo que siempre tuve la fantasía de conocer a un violinista, alguien que con solo mirarle me quedara ahí perdida entre sus ojos, que tuviera esa sensación de plenitud y seguridad, que me transmitiera con un simple abrazo la certeza de que es ahí justo donde quiero estar, donde me quiero quedar...Y ahora resulta que...

-Nada, nada - Volvió a negar con la cabeza
- ¡Deja de pensar estupideces, Silvia!, ¡Que no y punto! ¡Que es una mujer! Que tú querías conocer un violinista no UNA violinista, y que esto es normal, es una mezcla de miedo y... No sé, algo como odio-agradecimiento - Comenzó a hablar en voz alta intentando convencerse a sí misma de sus propias palabras.

Levantó la tapa del ordenador y decidió que era momento de apagarlo, su día había sido de locos, Trujillo ahí poniéndola al borde de un colapso nervioso y lo peor habia sido cuando se le ocurrió aparecer a Pepa en el laboratorio acompañada de su padre y luego la discusión con ella y la forma como terminaron abrazadas, de sólo recordar regresó ese espasmo en los músculos del abdomen.

-¡Joder! ¿qué me está pasando?-

Antes de apagarlo decidió echar un último vistazo sobre el rostro de la persona que llegó a poner su mundo patas arriba, que estaba rompiendo todos sus esquemas y que le hacía sentir esas cosquillas en el estomago que tanto estaba comenzando a disfrutar - ¡Es preciosa! - Exclamó con admiración.

ARDER CONTIGO EN EL INFIERNO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora