CAPÍTULO XV

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Hola muy Buenas noches, primero que nada quiero agradecerles por la paciencia. Demoré en actualizar porqué andaba de viaje y ya saben como son esos trajines, no siempre hay internet y cuando tienes es más para comunicarte con la familia, subir fotos a ig, y si estás en el hotel por la noche literal es para lavar calzones, darte un baño y en cuanto pones la cabeza en la almohada quedas inconsciente. Así que...Apenas me estoy poniendo al día con todas mis actividades e intentando retomar el ritmo normal de vida. Pero valió la pena, Estambul es pura magia, y si pudiera regresaría todos los años. En fin...Respecto al capítulo, viene largo, romántico, cursi, apasionado, azucarado y así, ya saben que para eso me pinto sola.

Ayñ y me caga estar jodiendoles, pero sí tienen chance, ganas y voluntad...Pues comenten 👁

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CAPÍTULO VX.- EL DONDE CONVERGEN LOS DESEOS

Silvia asintió con una sonrisa de absoluta alegría. Despacio fueron acercando sus rostros hasta acortar por completo la distancia entre éstos.

Se regalaron besos tiernos en la mejilla, en la frente, en la nariz...Prolongando el momento tan deseado.

Y es que por primera vez, las dos estaban completamente seguras de que sería un beso de amor.

Y ya no tenían miedo de sentir ese amor, ni de pronunciarlo en voz alta. Ya no habían culpas que impidieran expresar toda esa pasión haciendo uso de sus cuerpos.

Sus narices se rozaron.

Las manos de Pepa entre las manos de Silvia.

Y por fin sus labios se encontraron, aunque solamente contactaron con timidez, separándose casi de inmediato para contemplar sus respectivas sonrisas.

Cerraron los ojos y entonces sus bocas se volvieron a pertenecer.

Se volvieron a entregar en un beso. En un beso lento que humedecía con un dulce sabor aquellos labios.

Y las bocas siguen conectadas pero las manos inquietas cambian de sitio.

Y Silvia siente como los dedos de Pepa recorren su espalda.

Y Pepa siente las manos de Silvia buscando el borde de su blusa.

Y lo encuentra.

Y con las puntas de los dedos que tiemblan como una hoja, acaricia tiernamente el estomago de la violinista, es entonces cuando percibe como con un simple roce ha conseguido erizarle la piel.

Y entonces Pepa sonríe apenada...Pero Silvia le sonríe enamorada. Y eso es suficiente para que la mujer más alta se sienta a salvo de cualquier vergüenza por mostrarse vulnerable.

Y entonces los dedos de la pelirroja siguen siguen su camino en ascenso, justo por el centro, hasta conseguir llegar al cuello de Pepa, pero con sumo cuidado, sin tocar nada que pudiera hacerlas ruborizar.

Entonces sus delgados y delicados dedos vuelven a seguir el mismo camino anteriormente trazado, pero ahora de regreso.
Acarician el ombligo.
Vuelven a tocar el borde de la blusa, esta vez para levantarla con timidez.

Pepa cierra los ojos y siente el aire frío que se cuela despacio por su piel a cada milímetro que la prenda va dejando al descubierto.

Entonces la camiseta ha quedado enroscada a la altura de los hombros y tiene que levantar los brazos para que Silvia termine de quitársela por completo.

Una vez con la prenda entre sus manos, Silvia la deja caer al suelo. Es consciente de que sus mejillas se encuentran completamente teñidas a tono con su cabello. Y es que jamás imagino que estaría desnudando a una mujer que no fuese ella misma, pero eso es pecara minuta, por lo que nada impide que coloque las manos en la cintura de Pepa y con las palmas asciende muy despacio acariciando su costado.

ARDER CONTIGO EN EL INFIERNO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora