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Havoc había llegado a la casa, buscó de inmediato a Edward, pero pretendió que nada pasaba.

—Jean... Que bueno que llegas... Te estaba esperando.— mas la actitud afligida del chico del indica que no debe pretender eso, suspiró y se acercó hasta el.

—Ed...—

—¿Es verdad?— el terrible rostro de seriedad del muchacho le intimidó. Suspiró nuevamente y asintió con vergüenza. —¿Por qué lo hiciste?—

—Porque él te estaba haciendo sufrir demasiado, creí mejor para ti que... Ya no tuvieras ninguna esperanza con el. Y progresaste mucho... No quería que el viniera a echar perder tu esfuerzo.— explicó con sinceridad, no había sido un mala intención desde el principio, tan solo estaba intentando hacer lo mejor para la pareja... Pero el proceso se le salió de las manos.

—Aún cuando sabías que un simple abrazo de Roy en esos momentos me hubiera curado por completo... Me quitaste la oportunidad Havoc. Eres egoísta y cruel.— sus sentimientos estaban bastante confundidos, con tan solo un abrazo de Mustang, logró desenterrar y revivir el sentimiento de amor que creía muerto. Sin embargo también amaba al rubio. Se sentía bastante mal ahora, dándose cuenta de eso.

—Ed... Yo en verdad no lo hice con la intención de lastimarte... Solo quería lo mejor para tí.— Havoc le abrazó por la espalda. El chico tembló ante el abrazo. No podía evitar que sus sentimientos le delataran.

—Jean... Yo... No voy a terminar lo nuestro pero, dame un poco de tiempo y espacio. Necesito pensar, poner un alto a todos estos sentimientos que están en mi. ¿Comprendes?— de giró para depositar un tierno y sincero beso en la mejilla del rubio más alto. Havoc en ese momento se sintió realmente mal, sabía que lo que hizo estaba mal, en su momento también lo sabía. Tan solo enfrentaría las consecuencias de sus actos egoístas.

Edward se desapareció un par de días, yendo a dónde solo Alphonse sabía. Él era la única persona en el mundo el la cual podía confiar de ahora en adelante, escuchaba atento sus consejos, pues él nunca le había abandonado ni mucho menos le había mentido.

Jean, por su parte, sufría por la ausencia del chico, se imaginaba lo peor y lo mejor, evitaba pensar que había corrido a los brazos de Mustang, pero le era imposible, era una probabilidad realmente alta.

Por la tarde regresó a su hogar, el mismo que compartía con Jean, él no estaba en la residencia, por lo cual dedujo que estaría trabajando ese día.

Preparó algo delicioso de comer para los dos, después de todo había decidido darle una nueva oportunidad a Jean, el le había apoyado inmensamente y era lo menos que se merecía.

Y no podía dejarle de querer de un día para otro.

Alphonse le había aconsejado, regresar, hablar y por sobre toda las cosas perdonar.

Havoc había regresado del trabajo, se notaba cansado pero de inmediato al darse cuenta que su chico había regresado, una amplia sonrisa se formó en su rostro, se apresuró a su encuentro en la cocina.

—Que bueno que llegas, ¿Estás cansado? La comida está lista.—allí estaba su Edward sonriente y amable, atento por sobre todo y cariñoso, no lo creía, le había preferido a el. Asintió con impresión, olía realmente bien.

Una vez el chico se alejó de la cocina, le abrazó tiernamente y con el riesgo de ser rechazado, pero no fué así.

—Gracias por volver Edward... Te amo... Te amo...— repitió varias veces en el oído del muchacho, éste le tomó de las mejillas besando su frente después.

Can't Get You Out Of My Head.Where stories live. Discover now