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Mustang y Havoc no se habían visto desde el día que el rubio le fuese a reclamar.

Si bien, Havoc estaba bien enterado que Edward comenzó a salir de nuevo con Roy, él no hizo nada para impedirlo, pero tampoco había dado por terminada su relación.

Tan solo lo estaba dejando pasar. Sabía que en cualquier momento Edward decidiría ponerse en contacto, hablar y llegar a un acuerdo. Acuerdo que fuera cuál sea, no estaba dispuesto a aceptar.

Roy, al pensar que Jean ya se había dado por vencido, se confío un poco, no dejó de esforzarse. Sin embargo, no cuidaba mucho ni celaba demasiado al chico, ya una mala experiencia había tenido por lo celos, aunque los sintiera, ya no iba a perder el control de sí.

—Entonces pequeño... ¿Regresaremos? Quizá no como antes, pero empezaremos de nuevo.—

Roy no había insistido desde hace días, pero ahora necesitaba una respuesta para sentirse mejor, más confiado y feliz. Sabía que el chico no lo iba a rechazar, pero solo era cuestión de tiempo todo.

Mustang le regaló un beso antes de dejarlo en la entrada de la universidad, Alphonse y Ling lo estaban esperando en el Interior. Le acarició las mejillas y lo dejó ir, prometiendo volver a la salida.

Regresó cómodamente a su casa, ese era su día de descanso, así que se puso ropa cómoda y se recostó a dormir un buen rato, colocó una alarma para despertar una hora antes y prepararse para salir de nuevo.

Pero, el teléfono le había jugado una mala pasada y no sonó, ¿O no lo escuchó?

Roy se despertó quince minutos antes de la hora, se le había hecho inevitablemente tarde.

Él sabía que dejar un solo minuto a Edward solo, representaba peligro. Vió los mensajes que tenía del chico, preguntando dónde estaba, a qué hora llegaría. Y el último fué: Ha empezado a llover, Me fuí solo.

Se maldijo y maldijo al teléfono, pronto conseguiría uno nuevo... Y mejor.

Y la oportunidad, cómo era previsto desde el principio, no fué desperdiciada. Havoc estaba en el pie del nuevo edificio dónde Edward ahora vivía, lo esperaba sentado en la escalinata, había sido informado que Roy no llegó por él, así que esperó tan solo por su llegada.

Al verle llegar tan alegre, su semblante cambió de inmediato, sabía el porqué de esa alegría, su coraje había aumentado, sin embargo, sabía que absolutamente todo era su culpa.

La vida da muchas vueltas.

Edward borró su sonrisa en cuanto le vió, no podía evitarlo por siempre y sería una buena ocasión para dar por terminada su relación, como debió de hacerlo desde hace mucho.

De buen manera Ed lo atendió sentado a su lado en la escalinata, la lluvia no llegaba hasta ahí.

—Quería hablar contigo, desde hace unos días. Solo que no sabía cuál era el momento.—

No estaba dispuesto a dejarlo ir.

—¡Yo también Jean! ¿Sabes? Yo estoy realmente agradecido contigo, por todo, por toda esa felicidad y apoyo que me diste desde siempre. Eso nunca lo voy a olvidar. Pero es eso... Confundí ese agradecimiento con amor, un clavo no saca a otro clavo, Jean.

Al contrario de lo que Havoc pensaba, Edward se mostraba bastante calmado y sin una pizca de arrepentimiento, sabiendo perfectamente que las palabras enunciadas le dolían al rubio más alto. Jean asentía.

Can't Get You Out Of My Head.Where stories live. Discover now