Capítulo 11 // Lindo gatito.

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P.O.V. 3

Elizabeth cruzó el Mall a toda velocidad, y se metió disparada en el Museo del Aire y el Espacio.

En el museo solo se encontraban algunas familias y un par de grupos de niños, seguramente de excursión escolar.

En cualquier momento los guerreros esqueleto irrumpirían en el museo, Elizabeth recorrió todo el primer piso de museo con la intención de avisar a sus amigos del peligro que los acechaba. Pero no encontró a nadie.

Elizabeth subió a toda velocidad por la rampa que daba a la galería más alta y al doblar una esquina chocó con alguien con tal fuerza que los dos fueron a dar al piso.

—¿Elizabeth? —dijo una chica al verla sobre ella, sus caras estaban muy cerca una de la otra —¿Q... que haces aquí?

Elizabeth se paró y vió de quién se trataba, ayudo a Thalía a levantarse. Notó que tenía un leve sonrojo a causa del frío.

—¡Tu! —dijo Zoë en cuanto la vió —¡¿Que haces aquí?!

—Tambien me alegra verte, Zoë —respondió con ironía Elizabeth.

—¡Elizabeth! —le saludo Bianca — ¡Que bueno que estás aquí!

—No, no es bueno —dijo abruptamente Zoë —se supone que estarías en el campamento.

—Escucha, no hay tiempo —dijo mientras miraba nerviosa a todas partes —vienen guerreros esqueletos...

—¿Qué? —preguntó Thalia—. ¿Cuántos?

—Doce —respondió ella rápidamente — Están armados y muy furiosos.

—Esto no es posible... —dijo Thalía — tenemos que...

En ese momento, alguien chocó contra Thalía y lo hizo con tanta fuerza que Thalía fue a dar a una cápsula de Apolo. Era Percy.

Grover dio un grito de sorpresa.

Y antes de que se pudiera recuperar, Zoë y Bianca le apuntaban ya con sus flechas.

Cuando Zoë lo reconoció, no pareció muy deseosa de bajar el arco.

—¡Y ahora tu! ¿Cómo es que osan presentarse aquí?

Elizabeth ayudó a Thalía a salir de la cápsula, parecía que mataría a Percy apenas se recuperará.

Percy estaba muy fatigado y dijo lo último que Elizabeth quería que dijiese.

—Luke... —dijo tratando de recobrar el aliento —Él está aquí.

La cólera en los ojos de Thalia se disolvió en el acto. Se llevó una mano a su pulsera de plata.

—¿Dónde?

Los chicos les contaron lo del Museo de Historia Natural: la escena entre el doctor Espino, Luke y el General.

—¿El General está aquí? —Zoë parecía consternada —Imposible. Están mintiendo.

—¿Por qué íbamos a mentir? —dijo Elizabeth con rapidez.

Pero eso no era todo Percy dió un paso al frente.

—Hay algo más todavía: ese tipo, el General, ha dicho que había enviado a un «compañero de juegos» para distraeros. Un monstruo.

Thalia y Grover se miraron.

—Estábamos siguiéndole el rastro a Artemisa —dijo Grover —Casi habría jurado que conducía aquí. Hay un intenso olor a monstruo. Debió de detenerse por aquí cuando buscaba a esa bestia misteriosa. Pero aún no hemos encontrado nada.

Elizabeth y La Maldición del TitánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora