III. REPUGNANTE

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Las palabras sobran cuando espabilas y vuelves al tiempo y espacio que te corresponde. Escuchas a Hoseok hablar a unos cuantos metros del sillón, mas precisamente, en la cocina. Tiene la pinta de ser una discusión acalorada con un superior, pero el efecto que tiene su voz, que se arrastra cual cascabel por tus oídos hasta tu cerebro creando mentiras y largas, es el del arrullo que te deja sin procesar nada. Tendido como masa agonizante, idealizado, con los calzoncillos bien puestos en tu falo que no entiende de razones y comienza a endurecerse por segunda vez.

—Me tengo que ir —dice una vez suspira y te mira caminando hacia donde estas tu. Por el momento sostienes la mirada, que intimida y te hace sonrojar, y buscas palabras coherentes.

—Oh, bien. Si debes hacerlo...

Ceder es una tarea que se hace exhaustiva que deprime. Te acomodas en el sillón y carraspeas. Quieres que se quede para terminar enredados en otra maraña de fantásticas sensaciones. Que tu mano pegajosa valga la pena. Que al menos te coja bien para que cueste arrepentirte. Pero no hay nada que puedas hacer además de rogar y eso en ti es muy patético, impensable en esta ocasión.

—¿Debes ir a la compañía?

—Han ido donde Namjoon. De seguro Yoon y Jin huyng vienen de camino.

La mueca sobre el rostro de Hoseok no predice cosas buenas.

Los han descubierto... —murmuras hilando de tu comprensión.

—Estamos muertos. Lo siento Taehyung, me tengo que ir.

Te besa la mejilla y es electrizante hasta el punto de mancillar tu excitación. Cuando te mira solo necesitas un poco de la oscura necesidad para saber que se aleja tan mortificado como lo estas tu. Es el consuelo que te deja aceptar su constante camino hacia la puerta y desaparecer por tiempo indefinido.

Al desaparecer de la faz de la tierra te enjaula a vacilaciones poco estimadas. Duele un poco tu orgullo. Sobre todo porque, tan rápido como destilaron estrellas y tu corazón dejó de bambolear enloquecido, te dejó ahí, con un adiós tan vacío, con la ansiedad acrecentando en el fondo de tu estomago.

En un principio creíste que había sido peor de lo que tu imaginación alcanzaba a maquinar. Estuviste dos horas esperando por tus hyung's, quienes tan estuporosos como se encontraban, a medio camino olvidaron que iban a casa y trasnocharon en un bar donde las hamburguesas se vendían al 2x1 con quesillo extra. Al llegar simplemente te dijeron que estaba bien y que no fue tan grave como aparento ser. Un amigo cercano del staff  les aviso minutos antes y salieron tan rápido como pudieron a trompicones. Quizás Nam fue quien se llevo la peor parte porque el departamento apestaba a hierba y era el único a quien posiblemente encontraron en un principio.

Ahora la tinta negra se puede leer gracias a la lámpara encendida sobre tu escritorio. Tus ojos le enfocan con dificultad, el sueño se adueña de tu cuerpo, pero confías en la cafeína (que aborreces con el alma) para poder lograr terminar tu objetivo personal. Los exámenes están próximos, tu no puedes permitirte una mala nota, por lo que, en vez de dormir, te quedas un par de horas torturando a tu cerebro para prevenir un infortunio. Uno mas de tu vida diaria. Además sirve como incentivo para olvidar las pajas un rato.

Porque no haz encontrado mejor remedio  después de morderte la lengua, pues aunque nadie de los tres a hablado sobre lo que posiblemente ocurrió entre Hoseok y tu, eso sin contar las miradas mal disimuladas de tus amigos que te generan malestar. Sobre todo porque sabes que no esta bien sufrir de insomnio por una paja, que además de darte una satisfacción real en el tiempo, te ha dejado como un descerebrado.

—Tienen que ensayar. Namjoon dice que están trabajando en algunas pistas y no les fue bien después de que le encontraron mas hierba.

Yoongi lo comenta ya en el desayuno. Ahí esta, sus ojos luchan por no darte una mirada significativa. Tu asientes. Seokjin comenta algo que tiene que ver con la posibilidad de que les castiguen aplazando su fecha debut.

ZYKLEN 永続; HOPEVWhere stories live. Discover now