LAS DOS MITADES

El sexteto Slythendor

-Hay una conexión entre la mente del Señor Tenebroso y la tuya Harry. Si en este momento el sabe de esta conexión o no, no lo sabemos, esperemos que aún Lo ignore- dijo Snape entrando con Harry a su despacho

-Pero si el lo sabe entonces será capaz de... leer mi mente-

-Leerla, controlarla y destrozarla. Pero con un buen uso de la oclumancia podrás mantenerlo alejado de tu mente. En estas clases yo intentaré entrar en tu mente y tu debes concentrarte en impedirmelo ¿Estas listo Harry?-

Harry asintió no muy seguro, pero cuando escucho el "legerem" por parte de Snape, sintió como podía ver todos sus recuerdos, cuando era pequeño, vivía con los Dursley, conoció a Hagrid, entro a Hogwarts, encontró el espejo y ahí estaban sus padres y Snape "debes concentrarte Harry" y sintió como su profesor volvía a salir de su mente.

-Eso es personal- dijo Harry agitado y sudoroso

-Al Señor Tenebroso no le importara eso Harry, cualquier recuerdo al que tenga acceso es un arma que usará en tu contra, ahora concéntrate, se que esto debe ser difícil, y lo es, pero es importante que aprendas a cerrar tu mente... "legerem"-

Harry volvió a sentir a Snape dentro de su mente, los recuerdos iban pasando y llego ese recuerdo, el único que Harry hubiera dado todo por esconder pero no pudo y Snape lo vio, eso era seguro, hizo todo el esfuerzo que pudo y logró sacar a Snape pero ya era demasiado tarde.

-Yo...- dijo Harry mirándo al suelo

-Tenemos que hablar Harry, ven Siéntate- Snape le extendio una silla a Harry -¿Estas bien?-

-Yo... creo que si-

Ninguno de los dos sabía que decir. Harry quería que la tierra lo tragase y Snape no sabia como preguntar, aunque no hacía falta.

-Harry, ¿Tu eres feliz?-

Harry tuvo que pensar mucho para responder, no porque no sabía la respuesta era porque nunca habría podido imaginar que Snape le preguntara eso.

-Si, Draco me hace muy feliz, el es especial para mi, creo que nunca podría dejarlo- dijo Harry mirándo sus manos

-Harry, mírame- Harry lo miro -si tu eres feliz nada importa, disfruta que el te ama también, estoy seguro-

-Gracias Severus-

-Bueno Harry, es todo por hoy, tus lecciones han concluido-

Harry se fue más tranquilo, se dirigió hacia su torre sólo para pararse a la mitad del camino.
Busco a la profesora McGonagall, no por mucho tiempo ya que ella lo estaba buscando a el.

-Ven Potter, te llevare a la casa de los Weasley- dijo McGonagall

-¿Que paso con Arthur? ¿Se encuentra bien? ¿Y los chicos?-

-Ya sabrás todo cuando llegues a la Madriguera-

Cuando Harry llegó golpeó la puerta y abrió Molly. Enseguida, ella lo abrazo con lágrimas en los ojos

-Gracias Harry, sino fuera por ti, Arthur estaría muerto-

A Harry le causaron escalofríos esas palabras, cuando entro a la sala ahí estaba Arthur, todo vendado pero dentro de todo parecía bien. También estaban los gemelos, Ginny, Ron, Hermione, Sirius y Remus. Todos sus seres queridos estaban allí, solo faltaba Draco.

-Brindemos- dijo Arthur -Por Harry Potter, sin el, yo no estaría aquí-

Harry sólo sonrió y se fue a la otra sala, estaba mal, se sentía triste y culpable. Porque en esa visión el era la serpiente...