LAS DOS MITADES

La profecía

Ya habían llegado al Ministerio y Harry no sabia como se llamaba el lugar donde tenían que ir y tampoco sabía muy bien donde estaba pero solo se dejó llevar.

Todos estaban entrando a un lugar lleno de bolas de cristal que tenían cada una su nombre. Estaban acomodadas en estanterías una al lado de la otra, cada pasillo tenía su número, iban por el pasillo número 90 y Harry estaba muy nervioso.

Temía que cuando llegará al numero 97 vería a su tío, muerto o torturado Hasta la locura, sientos de imágenes venían a su mente, solo podia pensar en que Sirius no esté muerto.

95..., 96..., 97, habían llegado y el miedo de Harry paso a convertirse en confusión.

-Estába Aquí- dijo Harry mirándo para todos lados -yo lo vi-

-Harry- dijo Neville -creo que querrás ver esto-

Neville estaba señalando una bola de cristal que tenia su nombre y el de Voldemort.

Harry se acercó y la agarro, en ese momento la bola empezó a recitar unas palabras que Harry no pudo terminar de escuchar porque una voz a sus espaldas hablo:

-Bienvenidos chicos- dijo Lucius

-¡¿Donde esta Sirius?!- pregunto Harry

-Tienes que aprender la diferencia entre la realidad y los sueños Potter- le contesto Lucius.

-¡Dame la profecía Potter!- dijo Bellatrix saliendo de entre las sombras

-Acerquense y la romperé- contestó Harry sin miedo

-Mejor...- de repente la expresión de Lucius cambio totalmente al ver a Draco -¡¿Qué haces ahí?!

-Vine a ayudarlos, no haré nada de lo que me digas, no seré otra escoria como tu- contestó Draco altivamente.

-Eres una desgracia para los Malfoy...- fue lo único que dijo Lucius antes de que aparecieran los demás mortifagos intentando atraparlos.

-¡Vengan por aquí!- Grito Harry intentando regresar por donde habían llegado.

Mientras corrían por los pasillos, los mortifagos los perseguían y tiraban maldiciones por doquier. Una de ellas le dio a Pansy, y Hermione atacó a quien lo había hecho con un "petrificus totalus".

-¡Bien hecho Hermione!- Dijo Draco mientras ayudaba a Blaise a levantar a Pansy.

-¡Hay una puerta enfrente!- dijo Harry llegando al final del pasillo.

Cuando sólo estaban a unos metros de dicha puerta, apareció Lucius y agarro a Draco por el cuello.

-Eres una vergüenza, pequeña escoria- decía Lucius mientras intentaba estrangular a Draco.

Harry sin pensarlo dos veces, le lanzó un cruciatus a Lucius. Este, soltó a Draco y se protegió en el momento justo.

Ron, como vio que todos los mortifagos volvían, le lanzó un reducto a las estanterías provocando que todas las bolas que allí se encontraban se derrumbaran.
Los seis salieron corriendo de allí y pasaron por la puerta, obviamente esperando que allá piso del otro lado, pero no, cayeron al vacío Hasta que dieron con el suelo.

Mientras se levantaban con cuidado, los mortifagos volvieron y los emboscaron.
Harry, que todavía no se había levantado, se aferro a la profecía pero eso no sirvió de nada ya que cuando se levantó vio a todos sus amigos atrapados por los mortifagos.

-¿Creíste que unos mocosos nos ganarían? Dame la profecía o sino, tus amiguitos, morirán- dijo Lucius

-No serias capaz de matar a tu hijo- dijo Harry empezando a dudar de lo que habia dicho Lucius