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—Si te digo algo, ¿prometes no enojarte? —pregunta Holly acostándose junto a mí en la cama.

—Eso no ha iniciado bien, ¿qué hiciste? —pregunto acusador.

Holly luce levemente nervioso y juega con sus manos.

—Envié mis canciones a un lugar en la capital. —cuenta con una sonrisa.

Rápidamente me levanto, sintiendo por eso un mareo y como puntos empiezan a aparecer en mi visión, así que espero un poco a que desaparezcan y lo miro feliz.

—¡Eso es algo bueno! —exclamo sintiéndome de verdad feliz por él. —¿Por qué me enojaria?

—Porque envié también una de tus historias a una editorial...

Me quedó mirándolo incrédulo ante lo que ha dicho.

—Yo te mato. —Es lo único que digo antes de saltar a él y empezar a golpearlo con la almohada. —¿Qué eres tarado? ¿Por qué lo hiciste? No te di permiso para eso.

Holly nomas intenta cubrir su cara evitando los golpes y me empuja al piso desde donde lo miro enojado.

—Lo siento pero tu no ibas a hacerlo y yo te dije que si tu enviabas uno de tus libros yo enviaría mis grabaciones y bueno... lo hice. —explica mirandome arrepentido.

—Exacto, ¡Si YO lo enviaba, no tú! —grito molesto y me levanto del piso.

—Lo siento Calum pero era necesario, no es justo que nadie vea tu talento.

Lo escucho hablar mientras que yo me pongo mis zapatos y cojo mis llaves.

¿Talento? ¿Cuál?

Ahora no quiero estar aquí.

—¿A dónde vas? —pregunta.

—A donde sea, ahora no estoy de genio para estar contigo. —respondo y salgo escuchando un leve "Calum" de su parte.


Holly

Se supone que debes cuidar a mi hijo, ¿intento de suicidio? ¿De nuevo? ¿Así lo cuidas Holly? —una voz para nada feliz habla del otro lado del celular.

Esto me pasa por no ver primero el identificar de llamadas.

Como si te importara. —susurro pero sé que me ha escuchado. —Él ahora está bien, estoy viendo que se tome sus medicamentos y vaya a sus terapias, tengo todo controlado.

No estoy tan seguro de eso pero quiero creer que Calum no lo haría de nuevo.

Igual soy yo quien le da sus medicamentos, no pienso entregarle los frascos.

—¿Todo controlado? Ja. —lo escucho soltar una amarga risa que solo hace mi sangre hervir. —Iré a verlos, Calum tiene que dejar de hacer tanta estupidez y madurar, solo trae vergüenza.

—No recuerdo haberlo invitado a venir.

—No pedí tu permiso, te veo en un rato.

Él da fin a la llamada.

Tiro el celular al sofá y suelto un grito de frustración y enojo.

¿Estupidez? ¿Madurar?

Su hijo tiene depresión hace años y él piensa que solo es un invento, no le importa Calum, solo le importa mantener su absurda imagen.

Lo odio tanto.

Última OportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora