❦ Capítulo 05 ❦

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Muchas gracias por leerme y darme ánimos. Un abrazo enorme ♥️

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No pudo dormir.

Pequeños intervalos de descanso durante la mañana no aplacaron el cansancio que se debería recuperar durante toda una noche y, aún en esos momentos, no podía sacar de su mente unos ojos oscuros junto los lamentos de unos labios inocentes.

Si el llanto que había escuchado antes no aparecía en sus sueños, su consciente lo traía a la superficie de nuevo en sus pensamientos. Era como si su lobo quisiera que sintiera la misma desesperación que tuvo por cambiar con el fin de simplemente volver al muelle.

Necesidad de proteger.

Eso era lo que sentía y no era tan descabellado. Siendo el líder de su manada, su instinto de protección era fuerte y filoso; sin embargo, eso pasaba con su manada, no con un chico con el que nunca había cruzado palabra y del cual desconocía su nombre.

Luna, era disparatado.

Y aun así, su piel picaba y su alfa se removía ansioso cada vez que observaba por la ventana.

Tomó un largo suspiro cuando se sintió a ceder al cambio de nuevo, su lobo rayando en lo desesperado; y a pesar de que no era muy fan del café, la cafeína le hizo maravillas a su cuerpo sin energía, ayudando a aclarar su atribulada cabeza.

Taehyung quiso volver al muelle desde que se despertó en su cama, pero era de suma importancia solucionar algunas cuestiones en el edificio BST que no podía ignorar, por lo que tuvo que terminar algunas transacciones antes de partir y eso lo estaba carcomiendo por dentro.

Jimin solía decirle que no tenía un gramo de paciencia en su cuerpo.

Jin le decía que era un cabrón impaciente.

Y Hoseok le repetía que era un malsufrido ansioso.

Todo era verdad.

Siendo sincero y de cierto modo, fue empujado a ser de esa manera. Su línea de trabajo no era conocida por ser "bonita" y llena de paz; al contrario. Constantemente tenía que correr, mover, hacer y deshacer. Prácticamente todos los días tenía que reunirse con nuevos proveedores, atender llamados y cumplir con las responsabilidades de su cartel de manera impecable.

De otra manera y si no jugaba bien sus cartas, tendría problemas con personas muy peligrosas. A pesar de su maravillosa guardia y sus propias habilidades de defensa, podía terminar muerto y había riesgos que simplemente era mejor evitarlos.

Además, al mismo tiempo, tenía que hacerse cargo de su imagen legal llena de impuestos y seguros para que gobierno no se guindara ni cortara su cuello.

Era cansado y precisado. No tenía tiempo que perder.

No obstante, justo en el momento que salía de su apartamento, el teléfono sonó y el alfa se tomó el tiempo suficiente de bufar una vez, antes de retroceder en sus pasos, para dirigirse a la mesa de café de su sala de estar y tomarlo.

— ¿Para qué mierdas tienes el celular si no lo usas? — Le preguntaron apenas contestó y colocó el aparato en su oreja.

— ¿Nam? — Preguntó con el ceño fruncido, pero al escuchar otra maldición se relajó y rió un poco. — Suenas igual a mamá. — Le reclamó con una mueca y miró el Rolex en su muñeca dándose cuenta que era tarde. — Tal vez lo dejé en la oficina, sabes cómo puedo ser.

— Claro que lo sé. — Le reclamó el alfa por el parlante. — Pero literalmente tienes la oficina a un par de pisos de ti, ¿cómo es posible de que aun así...? ¿Sabes qué? Olvídalo.

❦ Lo que trajo la lluvia  ❦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora