Pergamino 6

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Pov. Martha

Natalia seguía cantando "Una senda abriré", durante todo el viaje fue cantado todo lo que se le viniera a la mente pero esa canción ya había durado demasiado. Ya iba con los nervios de punta y el ruido sólo conseguía estresarme más.

— Natalia...— gruñi y ella voltea a verme con inocencia — Se supone que ésta es una misión delicada y secreta, con tus gritos estás atrayendo a cualquier persona que se encuentre un kilómetro a la redonda .

— Estoy cantando— la miro con ganas de asesinarla y levanta los brazos rindiéndose — Está bien me callo, de todos modos me cortaste la inspiración .

Hace un puchero pero la ignoro y sigo caminando, no pensé que el viaje sería tan largo pero lo bueno es que no había pasado nada grave. En mi mente seguía dándole vueltas a cómo diantres iba a conseguir evidencia, hasta un Genin oculta su rastro.

—¿Qué te pasa calabaza?.

— Nada.

— Si claro... ¿Qué te pone nerviosa?— observo a mi amiga y suspiro rendida.

— ¿Qué clase de evidencia sería suficiente para exponer a Danzo? Es demasiado meticuloso para dejar objetos tirados y las personas involucradas con él ya deben estar varios metros bajo tierra.

—Pues te acabas de dar la respuesta.

—¿Qué? .

— Un cadáver te puede decir más cosas que cualquiera, incluso descompuesto creo que Ibiki sacaría todos los recuerdos que posea y con el la evidencia .

— No quiero desenterrar a media población para eso...

— No es necesario, tú y yo sabemos muy bien que es lo que hizo, sólo tenemos que buscar ése cuerpo en específico y si por azares del destino conservan algo de él el trabajo sería muy sencillo.

— ¡Hanzo!.

— Él mero, ¡Vaya! Creo que si estamos conectadas después de todo— le doy un zape antes de que reaccione— ¡Auch! ¡¿Y ahora qué hice?!.

—¡Estás loca! No es cómo ir a la tienda a comprar algo, estamos hablando de robar el cuerpo de Hanzo de la Salamandra y por si no lo recuerdas en ése lugar también se encuentra cierto amigo naranja .

Un evidente escalofrío recorre el cuerpo de Nati pero sorprendentemente veo como una sonrisa de gato se forma en su rostro.

— Uff ¿Te imaginas? Moriría feliz con tal de que me dijera Shinra tensei al oído, Grrr...

—Ya te perdí...

                                 🍃

— En la jungla tan imponente el león rey duerme ya...

Pongo los ojos en blanco y respiro profundamente en un intento por reprimir mi instinto asesino. Natalia duró callada diez minutos cuando mucho y de eso ya han pasado unas cuantas horas.

— Natalia juro que te mataré si sigues con eso— tengo los dientes apretados y las manos en puños, aún así Nati sólo se ríe.

— Está bien, de todas formas me iba a callar ¿Ves eso? Ya llegamos.

Volteo y a lo lejos veo una casa muy pequeña, Nati jala la capa que traigo puesta y me señala un agujero que está en la base de un árbol.

—¿Lista para seguir al conejo blanco?.

— ¿Era de ellos?— asiente y con sorpresa siento que mis nervios son remplazados por excitación — No puedo creerlo...

—Mira ya que tarde es, me voy, me voy, me voy...

El camino continúaWhere stories live. Discover now