Rise |Edward Cullen|

03

  El lunes todos en la escuela se acercaron a ver mi estado de salud, lo que aprecie, el hecho que se tomaran su tiempo para irme a preguntar sobre mi estado, aunque llegó un punto en el que se volvió agobiante.

Esto no pasaría si los Cullen hubiesen estado aquí, las personas se sentían demasiado intimidadas por ellos por lo que sería muy difícil que se acercaran. Sin embargo, habia enviado varios mensajes a Edward, pero él no habia contestado ni uno solo, no quería preocuparme. No por el momento, lo más probable es que fueron a cazar, pensé.

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Mientras tanto Edward Cullen se encontraba en su casa junto a su familia, indeciso ya que la decisión que quería tomar sería muy drástica y seria dolorosa para ambos lados. No obstante, no podía evitar en aquel maravilloso olor que emanaba de Letha, es mucho más atrayente de lo que una vez llegó a oler, incluso mucho más que el de Bella Swan.

Su hermano Jasper también lo sabia y se descontroló en pleno partido, donde cientos de personas podrían haberlo visto. Incluso Carlisle, quien a tenido años y años de experiencia con la sangre no pudo evitar sentirse tentado por la sangre de Letha, Edward lo sabe lo leyó en cada uno de los miembros de su familia.

Letha Martin sólo estaría en constante peligro de ahora en adelante si es que estaba alrededor de ellos, porque a pesar de todo ellos seguían siendo monstruos.

—Lo que decidas, hijo. Estaremos de acuerdo. —Carlisle le dijo. Aunque el rubio ya sabia lo que su hijo haría.

Edward miró a cada uno de sus hermanos. —Nos iremos, no puedo arriesgar a que Letha muera por nuestro poco control.

—Aún parece irreal que su sangre sea tan atrayente, ¿Creen que tenga que ver con su habilidad? —Cuestionó Esme sabiendo que sus hijos no replicarían ante Edward, por que todos estaban de acuerdo en algo, la seguridad de Letha.

—Probablemente. —Contestó el rubio mayor. —Entonces la decisión está tomada.

—Yo le diré a Letha, es mi deber hacerlo. —Todos observaron con pena a Edward, cuando finalmente habia encontrado a su pareja...

Pero lo más importante es que debía de proteger a Letha, eso es lo único que importaba.1

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De regreso con Letha, Bella se ofreció a llevarla de regreso a casa, a lo que la peliazul agradeció, ya que su chofer personal no habia aparecido en ningún momento, lo que le molestaba porque nada le costaba mandar un mensaje en que decía que no podría llevarla.

Edward se ha estado portando como un cretino, después de aquella visita en el hospital no habia preguntado por ella. Se llevó una sorpresa cuando finalmente llegó a su casa, encontrarse con la persona que estaba maldiciendo mentalmente.

Le agradecí a Bella por traerme y me despedí de ella. Cuando finalmente Bella se alejó en su camioneta Edward se dignó a hablar.

—Acompáñame. —Edward le dijo cuando finalmente quedaron frente al otro.

—Hasta que finalmente apareces, no habías contestado mis mensajes. —Dije mientras le seguía por detrás. —Supuse que saliste a cazar con tus hermanos.

Edward simplemente no dijo nada, lo que lo hizo mucho más incómodo. ¿Por qué tenia esa cara? Me recordaba mucho a cuando recién nos conocimos y lo único que quería era alejarme.

—Tenemos que irnos. —Dijo el vampiro finalmente al llegar a la entrada del bosque. —La gente esta empezando a sospechar de Carlisle.

—Okay... Las relaciones a distancia realmente no son lo mío, pero...—Me detuve al ver la dura expresión de Edward. —Tú no quieres una relación a distancia...—Concluí.

A Letha no le estaba gustando el trascurso de la conversación.

—Lo siento, pero ya sabíamos que esto no iba a funcionar. —Me miró directamente a los ojos. —Tú no perteneces a mi mundo.

—Edward si estas en tu etapa de no merezco nada por ser vampiro otra vez...—Rodé los ojos, pensé que ya lo habíamos superado.

—Esta vez no es una etapa, me he dado cuenta de que arriesgo mucho más a mi familia al estar contigo, y yo no te amo lo suficiente como para continuar. —Le miré incrédula, no podía creer lo que estaba diciendo, sin embargo, aquí estaba frente a mí diciendo que no me amaba lo suficiente para tener una relación.

Lo entendía, de alguna forma yo continuaría envejeciendo mientras que él se quedaría como un adolescente de 17 años, diablos que lo entendía, pero eso no hacia que doliera menos.

—¿No pelearas por lo nuestro? ¡¿Qué pasó con todas esas promesas?! —Le golpeé estaba enojada, frustrada y triste.

—Fueron solo eso, promesas. Lo siento si no puedo cumplirlas. —Bajó su cabeza, pero volvió a mirarme. —Pero te puedo prometer algo que, si puedo cumplir, voy a desaparecer de tu vida, será justo como si nunca hubiese estado aquí.

—¿Crees que eso ayudara de una forma? —No pude evitar lanzar una sonrisa cínica. —Eso es lo mínimo que debes de hacer.

—Lamento que esto se haya alargado tanto. —Dijo Edward desviando la mirada.

—¡Maldita sea deja de disculparte! No lo creo, no creo todas esas mentiras. —Se negó a aceptarlo.

—Adiós Letha. —Se despidió, sin embargo, él se acercó con la intención de darme un beso el frente, pero lo detuve.

—Sólo vete Edward. —No le miré porque sabía que rompería en lagrimas si lo hacía. —Sólo estás haciéndomelo más difícil.

El vampiro hizo un ademan de irse, pero ella también debía de hacer una promesa a Edward.

—¡Espera! Yo también te haré una promesa que si cumpliré. —Le miré completamente decidida. —Prometo que te olvidaré Edward Masen Cullen, incluso me enamoraré de alguien que me aprecie justo como soy.

Edward sólo se volteó y desapareció entre la espesura del bosque, fue en ese momento justo en el que toda la valentía que habia tenido se habia ido por el drenaje y temblando me senté en el frío suelo procensado todo lo que acaba de suceder.

—¡Letha! ¡Vas a resfriarte! —La voz de mi padre me sacó de mis pensamientos cuando me vio en el inicio del bosque. —Dios, ¿Qué haces con este frío?

—Él sólo me dejó, no dio ni una sola razón, el sólo rompió conmigo. —Le dijo a su papá quien corrió a socorrerla—Papá ¿Por qué duele tanto? —Dije haciendo referencia a mi corazón, es como un enorme nudo en el que me dificulta hablar.

Mi papá me abrazó fuertemente mientras nos recostábamos en el sillón y rápidamente iba por unas mantas, no me habia percatado que estaba temblando del frío.

—Cariño, es tu primer corazón roto. —Contestó, pero no podía conformarme con eso.

Es algo tan indescriptible, la persona con la que mas contabas, la que más quieres en verdad solo se fue.

Edward se habia ido, mintiéndome y poniendo excusas baratas...

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