Capítulo 5. ❝ Extraños sentimientos. ❞

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El día había terminado demasiado rápido que Raúl no se dio cuenta que las clases ya se habían acabado, después de todo estaba equivocado y su primer día no había sido un desastre como se lo imaginaba. Después de la última clase todos comenzaron a separarse, como plan inicial tenía pensado regresar a su casa con Rubén pero como este había cambiado su agenda del día, el pelinegro decidió acompañarlo a la panadería de su familia, estaba a unas cuadras de su casa, así que no habría problemas.

—Deberíamos apresurarnos un poco, Luzu odia que lleguemos tarde. —Le dijo Rubén, comenzando a acelerar sus pasos. —Siempre nos da un sermón sobre la responsabilidad, quiero a mi hermano, pero a veces suele ser muy exagerado.

— ¿Tu familia siempre ha tenido esa panadería? —Le preguntó Raúl para poder iniciar otra conversación, tampoco quería que se estuviera quejando de su hermano en todo el camino.

—Si. —Le respondió con una sonrisa. —Fue idea de mi padre, era un excelente panadero, así que cuando se mudaron al pueblo decidieron abrir una panadería.

Raúl casi se cae al escuchar la palabra era, esperaba que hoy en día su padre no fuera tan bueno horneando, porque si no, quizás no hubiera sido una buena idea comenzar de esa manera la conversación, pero al ver que Rubén estaba bastante tranquilo, no quiso volver a preguntar sobre ello.

—Es increíble tener pan gratis todo el tiempo. —Comentó Raúl a modo de juego. —Y ninguno de ustedes está subiendo de peso, tienen que tener un excelente metabolismo.

—Es el voleibol. —Rubén inflo el pecho con orgullo. —Antes solíamos jugar todo el tiempo, pero desde hace unos cuantos años, Luzu está demasiado engranado con el negocio, en ocasiones no lo vemos todo el día. Mamá dice que se esfuerza más de lo que se debe.

A unos cuantos metros, Raúl pudo visualizar la misma panadería en donde había conocido a Fargan, solo que ahora sí había un par de personas dentro de la misma. Al entrar al lugar de nuevo lo golpeó el delicioso aroma a pan recién hecho. Sin duda el chico podía vivir ahí sin ningún problema.

— ¡Ya llegué! —Rubén grito al poner un pie en el lugar. Alertando a la pareja que estaba comprando. — ¡Buenos días, señores García! —Les saludo con amabilidad, comenzando a caminar hacia el mostrador.

Estos le respondieron con un saludo antes de salir de la panadería con una bolsa entre sus manos. Bien, Raúl tomó eso como señal para despedirse del chico, tampoco quería molestar a Rubén cuando estuviera trabajando.

Antes de que pudiera hablar con él, otra persona salió de la puerta trasera cargando una fila de cajas con las manos, su vista estaba completamente obstruida, guiándose por las memorias que tenía del lugar en sus pensamientos.

—Rub, ¿qué haces aquí? Se supone que Fargan sería quien iba a trabajar hoy. —Habló dándose la media vuelta y ahí fue cuando se vieron por primera vez.

Bueno, tal vez esa primera vista fue unilateral. ¿Raúl creía en el amor a primera vista? Por supuesto que no, eso no existía para él, lo que más se le asemejaba era sentir atracción, lo cual sí había experimentado, de hecho esa misma mañana lo vivió con cierta persona.

Pero no odia mentir sobre la extraña presión en su pecho cuando lo vio, estaba seguro que en esos momentos estaba actuando como un idiota, si ese chico era el hermano de Rubén, al menos sabia con quién compartía ese color castaño de su cabello.

La persona era un hombre alto, solo le ganaba por un par de centímetros, tenía una complexión musculosa pero delicada, su cabello era del mismo tono castaño que su hermano, un lunar peculiar adornaba la parte superior de su pómulo izquierdo y a pesar de la distancia también podía apreciar unos ojos tan dulces como el mismo chocolate.

Te Amare a Escondidas | LuzuplayWhere stories live. Discover now