Capítulo 7. ❝ ¿Quieres hablar? ❞

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Desde que era pequeño a Luzu nunca le importo lo que las demás personas pensarán sobre él o de su familia, fue hasta la preparatoria donde entendió que jamás podía tener contento a todos, sobre todo cuando se enteró que le gustaban los hombres.

No tenía una larga lista de novios, la única persona a la que considero para pasar el resto de su vida, como cualquier otro adolescente de quince años sin preocupaciones de nada más que en su relación, fue con su mejor amigo, Sebastián lo había ayudado a por fin descubrir quién era en realidad.

Lo peor de la situación era el lugar en donde vivía, un pueblo de menos de cinco mil personas y bajo un régimen religioso.

Mejor lugar no pudo tener.

Exactamente por ello, nadie sabía acerca de su secreto, bueno únicamente había una persona en la cual podía confiar para apoyarse en cada situación, esa era Lana, su mejor amiga.

La única que lo acompañó en su luto cuando terminó su relación de tres años. Quien jamás le juzgo cuando le confesó en aquella madrugada con sus mejillas llenas de lágrimas y la voz cortada, quien era en realidad.

Si de algo estaba contento Luzu, era que había mantenido su sexualidad muy escondida de los ojos juzgadores de la sociedad en donde vivía. Jamás coqueteó con alguna otra persona que no le diera signos de un tipo de interés. Aun recordaba cuando fue a la ciudad y entró a un bar gay, una experiencia muy diferente.

No podría describir qué fue lo que sintió el día que conoció a Raúl.

Sus ojos le atrajeron como dos hermosas joyas, sentía la necesidad de abrazarlo y no soltarlo nunca más.

De protegerlo de todos.

Sabía muy bien que fue un completo atrevimiento intentar alguna técnica con él, ni siquiera pensó en las graves consecuencias. Pero todo ello lo dejó de lado al experimentar aquello, le encantó que la respuesta no fuera incómoda o desastrosa, incluso pensó que Raúl también estaba intentando hacerlo.

Pero tuvo que arruinarlo todo, si tan solo Rubén no hubiera estado ahí o tal vez si Raúl no tuviera la edad de su pequeño hermanito.

Dieciséis años, aún era considerado un niño, Luzu se empezó a sentir mal de solo haber imaginado la película de su cabeza.

—Vaya, hace mucho que no tenemos este tipo de conversación, ¿no? —Lana se deslizó por su cama, quedando acostada boca arriba. —Luzu no sé si mi respuesta está bien pero creo que estás exagerando un poco. Dieciséis no es una edad tan pequeña. —La rubia enfatizó en la palabra "tan", mientras lo miraba desde mi cama.

La habitación de Luzu, que también compartía con Fargan era el lugar de las reuniones del pequeño clan de amigos. Ahí se sentía tan seguro de poder hablar de cualquier tema con ella.

—Por supuesto que es un problema, Lana—Llevó sus manos hacia su rostro, intentando despejar los pensamientos que lo atormentaban.

—Luzu, ¿estas bromeando? Si tú a los dieciséis no eras del todo inocente. —Lana lo señaló, el chico podía ver como se le estaba acabando la paciencia a su amiga.

—Sabes que no me refiero a eso y además, la persona con la que estaba tenía mi edad, así que todo es diferente. —Pudo notar como su amiga giro los ojos antes la mención de su relación pasada. —Me metería en muchos problemas si quisiera intentar algo con él. Sobre todo si sus abuelos se enteran. —Luzu conocía a los Genes, sobre todo a Rodrigo.

Era un hombre amable, pero también sabía que podía matar a alguien y no dejar huellas en la escena del crimen.

A este punto el castaño se levantó de la silla en donde se encontraba y se desparramo por toda la cama, dejando su cabeza en las piernas de Lana. La rubia lo vio con una de sus conocidas sonrisas llenas de ternura y comenzó a jugar con sus cabellos.

Te Amare a Escondidas | LuzuplayWhere stories live. Discover now