《 Capitulo O2 》

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Después del suceso extraño, fui a tomar el metro para poder regresar a mi casa. Cuando iba a comprar mi boleto, la encargada de venderlos me dijo que no estarían vendiendo ya que el metro dejó de funcionar y tardarían horas en repararlo.

Todo me iba saliendo mal.

1- Mi psicóloga no me sirve de nada
2- Pierdo mi tiempo con un desconocido
3- El metro no funciona y tendré que irme a pie.

Y si, sé que se estarán preguntando ¿Por qué no te vas en autobús? Bueno, les cuento: El querido Señor Presidente prohibio el uso del autobús (al menos que fuera uno de carga de alimentos y esas cosas) ya que este señor quería promocionar ¡SUS MALDITOS METROS QUE NO SIRVEN! -_-

Perdón me alteré.

Me di la vuelta y me fuí caminando.
Llegué al vecindario y en una de las casas de la esquina estaba Angie una chica de 17 años quien siempre me miraba pasar y me lanzaba piropos.

Por favor ni que estuviera tan bueno para recibir esos piropos.

Estaba pasando por su casa rogandole a Dios a que Angie no me viera y no saliera para decirme esas cosas..

—Papasito ¿A que horas pasas por el pan? ¡Chiquitito!—me grita y hace que la gente que pasaba se aguantara la risa

¡Que verguenza! ¡Que verguenza!

—Paso a la hora en que las zorras como tú, no salen de sus casas—le dije

Angie me miró indignada y con la boca abierta. Reí dentro de mi pero una viejita me golpeó con un bastón por decirle zorra a mi vecina ¿Qué acaso no sabe que esta chica me ha estado acosando por años! ¡POR A-ÑOS!

Está bien. Acepto que tal vez me pasé por decirle zorra, pero ella se lo buscó. Me da un coraje que haya chicas 《no todas, obviamente 》 que primero anden de chifladas y después se hagan las víctimas

¿Por qué hay personas así? Por eso cuando pasa alguna situación VERDADERA no les creen.

Pero como sea, ignoré a la viejita y a Angie y seguí mi camino. Después llegue a mi casa y miré mi jardín algo destrozado, encontré a kookie, el perrito de mi vecino de a lado orinando en una de mis plantas.

PINCHE PERRO MIS PLANTAS IDIOTA

Era un perrito peludo blanco y le ponían vestidos siendo hombre y todo porque Hilary, la hija de Tom, mi vecino, decía que era niña y ha estado esperando por unos meses a que el perro tenga bebés pero es un machito y los machos no se embarazan.

Adoro la inocencia de los niños pero la de esta niña me desespera.
Tomo a Kookie y lo cargo y camino hacia la casa de mi vecino, toco la puerta y abre Hilary

—¡Eyi! ¿Qué haces con Kookie?

—Andaba en mi jardín y traigo la queja de que destrozó la mitad de mis plantas —le entrego el perro

—¡Kookie! ¡Te extrañe hermosa!—le dice al perro ignorando por completo lo que le había dicho.

—Emm Hilary, ¿Podrías decirle a tu papá que encierre a Kookie en su jardín? Se volvió a meter a mi jardín y....

Me cerró la puerta en la cara.

Esperé unos segundos pero como nadie abrió decidí irme, pero al darme la vuelta abrieron la puerta y era Hilary otra vez.

—Eyi ya le dije a mi papá

—Ajá ¿Y que te dijo?—me pongo a su altura. Solo tiene 4 años, es muy pequeñita y tierna

ᴇʟ ᴇɴᴄᴀʀɢᴏ ᴅᴇ ᴜɴ ᴀ́ɴɢᴇʟ // ᴊᴏᴇʀɪᴄᴋWhere stories live. Discover now