El sol descendía cada vez más, bañando al cielo con los tonos oscuros de la noche, los faros a las esquinas de la calle se encendían de poco en poco para prevenir a los transeúntes.
Un silencio se instaló entre la tranquila caminata de ambos amigos sobre la acera. Alexander jugueteaba con la cremallera de su suéter en un intento por aminorar la tensión.
—... ¿Es en serio Alex? —El rubio espetó de repente.
—¿Qué?
Matthew arqueó una de sus cejas incrédulo, aparentemente esperaba algo más que sólo esa respuesta.
—¿Ni una señal?, ¿De verdad no vas a hablar de lo que pasó ahí? —Volvió a cuestionar.
La confusión de Alexander aumentó tras esa última pregunta, miró de reojo a su acompañante y respondió:
—¿Hablar de qué?, Si lo dices por lo de...
—No te hagas el idiota... Él te gusta, ¿No?
Los pasos del contrario se entorpecieron al escucharlo, tragó aire en un inesperado resuello mientras sentía su corazón acelerarse.
—¿Po-Por qué piensas que me gusta? —Alexander balbuceó rápidamente, esperando contrarrestar el calor que inundó su cara.
—¡Ay, por favor Alex!, no me trates como si no lo supiera —Lo interrumpió el ojiverde—. Vi la forma en la que lo mirabas, ¡se nota que de verdad te gusta!
Alexander permaneció en silencio mientras caminaba, mantuvo su mirada en el suelo intentando que el sonido del exterior opacara el fuerte latir en su pecho. Su consternación fue finalmente notada por el rubio, la sonrisa juguetona de Matthew desapareció de su rostro antes de volver a hablar.
—Oye, calma —dijo con un tono suave—. Lo siento, no quería molestarte, solo era una…
—¡No!... No, tranquilo —El de cabellos rizados tomó la palabra rápidamente— ; Sólo me tomó por sorpresa, es todo.
—Oh, okay… ¿Demasiado pronto?
—... Tal vez —Alexander se encogió de hombros.
Por su parte, el contrario se limitó a asentir levemente mientras le dedicaba una sonrisa reconfortante al moreno, un gesto inconscientemente contagiado a este último.
Habiendo llegado a una esquina finalmente los caminos de ambos se separaron, Matthew se despidió con una palmada al hombro contrario, Alexander respondió con una sonrisa y sin más continuó el resto del trayecto por su cuenta.
Sus pasos le resonaban en la mente, como si el sonido de sus zapatos hiciera un aterrador eco a lo largo de la calle. El de ojos ámbar comenzó a tamborilear sus dedos en la parte alta de su pierna esperando concentrarse en algo mejor que esa avalancha de emociones que amenazaba con arrasar su cabeza.
Exhaló un suspiro de alivio al divisar su casa, a paso rápido se encaminó hacia la puerta deseando ganarle a sus pensamientos. Mas abruptamente se detuvo justo frente al pórtico, sólo estático mientras su mente seguía divagando.
Un manojo de nervios comenzó a invadir su abdomen mientras finalmente ingresaba, siendo recibido por su hermana, quien se encontraba justo bajando hacia la cocina.
—Woow, ¿Todo bien? —Brie preguntó—. Te ves... Más extraño que de costumbre.
Por su lado, el contrario simplemente pareció ignorarla al tiempo que se adentraba en el lugar.
—Estoy bien… Solo, pienso —Alexander murmuró en voz baja—. ¿Y papá?
—Trabajando —respondió la de cabello marrón—. Pero dejó algunas sobras del almuerzo, tú sírvete cuando quieras.
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Against The World [EN EDICIÓN]
Teen Fiction«La vida está llena de giros y sorpresas inexplicables» Tras mudarse en espera de apartarse de todo lo que alguna vez vivió, Thomas no se encuentra del todo confiado al respecto, pues tener que comenzar de cero en una nueva ciudad es algo que lo asu...