SENPAI! [yaribu]

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tres

KASHIMA SE LE ACERCÓ ESA TARDE a Asakura, a pedirle consejos. No era lo que él estaba esperando, pero lo tomó. Le ofendía que Kashima no notará que le había llamado la atención horriblemente y exigía su pene en su trasero. Le ofendía muchísimo. Y más que decidiera usas los consejos y ayuda que le pedía para el Virgen de Toono.

Con su más fuerza de voluntad, aceptó. Kashima le gustaba, sí. Pero si dió cuenta que el había llegado tarde, y toda la atención del peliazul fuera a parar en el castaño. Lo primero que le dijo que empezara con algo leve, que no expantara al virgen.

—Intenta robarle un beso indirecto —le dijo ese día—, dale una mordida a algo que halla mordido este antes, un helado, un pastel, o un chupetín.

Chupetín. Como el de él, ¡Cómo el beso indirecto que te dí, idiota! Pensó Asakura bufando por lo bajo, saltando en su lugar por querer soltar su opinión.

Kashima asintió determinado. —Sí, lo haré. ¡Gracias, Senpai!

—Si haces eso, vuelves a mí. Y te enseñaré a dar besos, con eso lo vas a atrapar y hacer dudar.

Espero y solo me beses a mí, ojalá.

—Lo haré, senpai. Confíe en mí.

Asakura asintió y fue el primero en irse, aunque antes le lanzó un chupetín a Kashima. —Suerte, transferido.