❝ S e i s ❞.

6.8K 641 99
                                    

Hablemos de los omegas, creo que ya es una costumbre hablar sobre un tema específico por cada que vemos todo esto. Pero los omegas, eran un punto, digamos, no muy importante en la vida de Emilio. La mayoría de las personas o simplemente —prensa amarillista—, piensan que es ridículo que todo un alfa con toda la palabra no le interesen los omegas, tan lindos y delicados todos los de su especie. La mayoría se moría por estar en sus brazos.

Desde su infancia, él siempre se crió entre betas de alto rango y alfas de alto rango, todos ellos eran estrictos, firmes, y puntuales, ellos eran simplemente perfectos y eran atentos cuando la ley los llamaba, se apodaban, ellos, eran quiénes ponían el orden entre las tres jerarquías más importantes para sobrevivir en esta sociedad de lobos y cambiaformas. Él nunca cambió, a pesar de ser un alfa de linaje puro, nunca quiso o simplemente no le daba la importancia que necesitaba.

El punto es, él nunca se crió con olores dulces a su alrededor que podían calmar su instinto agresivo y salvaje que tenía dentro, los olores que siempre podía percibir desde que tiene uso de razón, sólo eran, nada y olores fuertes y amargos. Nunca pudo apreciar un omega madre, quienes eran los encargados de cuidar cachorros abandonados o que sus familiares estaban lejos. Él fue a un internado, no a una guardería.

Los omegas para él, le parecían unos tontos dependientes, según registros de toda la maldita sociedad y según ellos, los omegas siempre se presentan como tal (valga la redundancia), entre los catorce y quince años, si nos transportamos a la época de la juventud de sus abuelos, era permitido para un omega ser marcado y llevar el cachorro de su alfa en su vientre. Ahora en día, el omega debe cumplir dieciocho para poder ser marcado, aún así, aunque su celo llegue antes de esa edad. Ellos siempre buscan aquel galán alfa, que los cuida y los proteja, cosa que era tonta, la mayoría de alfas comunes, eran estúpidos e imbéciles. Que por ser, "alfas" era lo más. Pobres estúpidos que no saben nada.

Emilio podía llegar a ser todo un imbécil al tratar mujeres, ya sea beta u alfa, al tener un rango mayor que todos —de linaje puro—, se le era permitido tratar como se le pegara la gana a cualquiera. Cosa que le parecía desastrosa. Pero él nunca se había fijado en un omega, la mayoría de sus juguetes había sido un beta, nada más, hasta que conoció a Joaquín.

Bondoni era todo lo contrario a lo que pensaba de los omegas, él era firme, astuto e independiente de cualquier cosa. Él, era otro, él no era cualquiera. Tenía el mismo rostro angelical, fino y delicado, con facciones de un ángel caído del cielo, su cuerpo era de infarto, la anatomía de los omegas o su complexión, siempre era delgado y la mayoría no pasaba del 1.64, su cuerpo era afeminado, en el caso de los varones, sus muslos rellenos, sus caderas estrechas y rellenas, su redondo y perfecto trasero. Él era otra cosa de otro mundo.

Joaquín simplemente era diferente ante sus ojos, no estaba enamorado, era un término que no llegaba con él, y jamás lo haría. Simplemente había desarrollado cierta obsesión con ese pequeño cuerpo, la primera vez que lo vio, fue en un traje negro, se río por la forma torpe en que lo vio entrar con un traje dos tallas más grande que él, su inocencia pero firmeza al hablar lo hicieron contratarlo, pero tuvo que arreglar su traje, porque lo que apenas se notaba en él, era el atributo trasero, y tuvo que hacerle "pequeños" arreglos. Le gustaba ver el ajuste en la delgada curva de la cintura cayendo como cascada en aquellas voluptuosas caderas rellenas y estrechas, sus muslos rellenos y su espalda curvada en s cayendo en su redondo trasero.

Él simplemente era distintos a todos y amaría empezar el juego que lo estuvo planeando durante meses, tan fría y calculadamente.

[...]

— ¿Ya tienen los papeles? — su voz resonó por toda la habitación, sus viejos socios asintieron sin decir nada observando con respeto a aquél joven alfa. Emilio asintió y se puso de pie apoyando un poco de su peso en sus manos contra la enorme mesa grande —. Muy bien señores, damos por hecho que la Junta de hoy está terminada. Creo que ustedes están lo suficientemente enterados para hacer las cosas buenas y en orden, ustedes en especial saben como me gusta el trabajo de mis empresas — jugo con el botón de su saco y se incorporó señalando la puerta —. Se pueden retirar si gustan. Los veo este jueves para ver cuanto subimos esta vez.

Poco jodido ➳ EmiliacoWhere stories live. Discover now