❝ D i e c i s é i s ❞.

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—Y entonces las fresas salieron volando por los aires junto a la leche. Fue un desastre y mi abuela estaba muy molesta con nosotros por hacerle eso.

Emilio lo miró con una expresión divertida mientras llevaba la taza de café a sus labios y soplaba antes de tomar, el chico parecía tan entretenido contando las anécdotas que hacía de pequeño. Entre una de ellas, la sorpresa que él y su hermana le tenían preparado a su abuela, en donde relataba que tuvieron que ahorrar para comprar los ingredientes y todo terminó en un desastre.

Sin duda, Joaquín tenía razón, el pastel de queso era mejor, mucho que mejor. Sabía muy bien y se sentía el queso a su máxima expresión, simplemente era delicioso. Joaquín le alegro que le gustara el pastel mientras tomaban una taza de café y él se mantenía con las piernas cruzadas, su mentón apoyado en la palma de su mano contando las travesuras de su infancia moviendo el collar de su abuela.

—¿Y tu hermana? ¿Donde está? —se atrevió a preguntar, la expresión del pequeño cambio a una seria y suspiró incorporando su cuerpo en la silla.

—Ella se fue de casa a muy temprana edad, lo último que supimos de ella es que se había casado y había teñido cachorros —murmuró y suspiró cruzando sus brazos —. Le llame cuando la abuela empeoro, lo único que hizo fue decirme que no podía,

—Bueno pues que mal por ella, tan malagradecida con la mujer que la crió y educó —murmuró dejando la taza de café en la mesa y suspiró tomando la mano del omega y la acercó a él —. ¿Tú decidiste sacar adelante a tu abuela no es así? Es algo de admirar.

—No, creo que todos lo harían si estuvieran en mi lugar —murmuró sonriendo un poco —. Mi hermana solo está molesta con la vida, por todo lo que vivió. Mi mamá aveces era muy dura...

—Eres un angelito, eso es todo lo qué hay que decir y listo —musitó con una sonrisa besando la mano del omega y se apartó —. Créeme, no cualquiera haría eso, algunos nietos ven a los abuelos como una carga más en su vida, y van a depositarlos a lugares donde los hacen sufrir.

Joaquín lo miro por unos segundos y asintió, la lluvia había empezado a caer, Londres estaba en invierno y era muy normal que lloviera muy seguido, después de terminar de desayunar y pagar, ambos salieron hacia la camioneta que los esperaba afuera. Joaquín quería seguir explorando el lugar, porque era muy hermoso.

Emilio por su parte, estaba mandando al mundo a comer mierda, porque realmente estaba disfrutando el tiempo con Joaquín a su lado, y sabía que de eso, no tenía precio alguno, parecía conocerlo desde años, Joaquín apenas era un joven de veintiún años y él un hombre de treinta y cinco años, seguro que ese omega era suyo y solamente suyo.

Tomó los hombros del menor y lo atrajo hacia su cuerpo, pegándolo y acariciado su cintura para después tomar sus manos. Joaquín lo observo por unos instantes pero no dijo nada, solo sonrió con cuidado.

—Iremos a la empresa un momento —murmuró jugando con los delgados y delicados dedos del menor y suspiró —. Después podremos ir a almorzar algún lugar y después hacer lo que tú quieras.

—No tengo nada que hacer —bufo y suspiró tomando la mano del alfa entre las suyas —. Arregle su agenda desde ayer, y también supe que Diego habló a su oficina diciendo que renunciaba.

Emilio suspiró desviando la mirada, se había enterado hoy por la mañana sobre eso, cuando después de cargar su teléfono empezó a vibrar y observar el montón de llamadas de Diego, como perdidas y mensajes de voz, menajes incluso hasta correos.

Los abrió, y cuando leyó cada uno de los correos mando todo a la mierda, se había molestado pero no porqué Diego por fin se había dignado a romper todo tipo de relación que lo mantuviera atado a él. No, sino fue que haya tomado la mitad de un dinero que no le pertenecía pero amablemente le explicaba del porqué. Diego le había cedido sus acciones de la empresa a su nombre pero a cambio había tomado esa gran cantidad de dinero.

También había renunciando a la boda que él estaba por cancelar, porque sinceramente ya no le importaba si quería su apellido. Los Valdés, ya ni siquiera serían sonados, estaba demás decir que Diego había encontrado a alguien y ese alguien era Anthony Williams.

o-o-o-o

Las puertas de la empresa fueron abiertas y él acomodo el saco en su cuerpo tomando la mano del omega y llevándolo con él, captando la atención de todos. El jefe con alguien nuevo de la mano, era extraño a pesar de los rumores que se daban, incluso sus empleados extranjeros sabían de los rumores que se corrían por los pasillos, pero todos descartaban esa idea al ver el agarre entre ambas manos.

Si fuera lo del rumor, el chico caminaría detrás de él con la cabeza hacia abajo y unos papeles contra su pecho. Y este chico mantenía la mirada en alto tomando con cuidado la mano del alfa. Joaquín por dentro se estaba muriendo de la vergüenza y los nervios por tantas miradas encima de él, queriendo esconderse detrás de su jefe.

—¡Señor! —un chico grito a unos metros de él y detrás de él venia aquel hombre que había visto cuando llegaron a Londres —. ¿Me permite un momento? Es sobre los accionistas.

Emilio rodó los ojos soltando la mano de Joaquín y caminó junto al chico a un lugar más apartado, sin mirar qué Eduardo se estaba comiendo con la mirada al pequeño omega indefenso observando los cristales en el techo de la empresa.

Fue cuando captó su oportunidad y a pasos lentos se acercó al omega, Eduardo era de la misma altura que Emilio, estando al lado del omega parecía llevarle máximo dos cabezas y media, las mejillas del pequeño estaban sonrojadas cuando giro y se asustó al encontrarse con él alfa que había visto.

—¿Te gusta? —murmuró mirando el cielo del techo también y Joaquín asintió temeroso —. Costo mucho su reconstrucción, antes sólo era un techo insípido y aburrido. Después cambio, desde la llegada de Emilio.

—Vaya... —musitó en un hilo de voz y sujetó sus manos entre sí moviendo sus pies de adelante hacia atrás —. ¿Usted trabaja aquí?.

—Oh no —lo miró y le sonrió poniéndose de frente observado mejor al hermoso chico que tenía frente a él con las mejillas rojas y la inocencia pura irradiando en sus ojos —. Soy un viejo amigo de Emilio, que por cierto, por ese mal educado no nos pudimos presentar preciosura.

—Oh...

Joaquin miro incomodo al hombre cuando se acercó lo suficiente para tomar sus mejillas y acariciarlas  con su dedo pulgar y admirando de cerca los pequeños lunares que el bello rostro del omega tenía. Suspiró acercándose más y Joaquín dio un paso en falso y se tropezó casi cayendo de espaldas pero la mano del hombre fue más rápida sujetando su cintura y observó los ojos claros del alfa, pero su omega estaba gruñendo.

—¿Te han dicho que eres realmente bello? —preguntó incorporando al omega y lo pegó a su cuerpo sintiendo como las manos del omega hacían lo imposible para separarlo —. Soy Eduardo Barquín primor, ¿y tú?...

—Él es mío y sabe que es una obra de arte, no necesita que ningún perdedor se lo diga.

o-o-o

Oh shit xd

Pongan putazos o qué ? Y la parte donde dice eso léanlo con ese fragmento xdxdxd

3/3

Se termino el maratón xd tal vez haga mañana uno xd

Bueno, se me cuidan el de atrás 🤡💜

Poco jodido ➳ Emiliacoحيث تعيش القصص. اكتشف الآن