Capítulo 2

237 23 9
                                    


Luego de despedirnos de mamá, subimos a la camioneta de Jerry y comenzamos el viaje hacia la universidad. Fue largo y agotador, hasta que al fin llegamos. Me impresiona  lo grande que es. Estacionamos y Jerry me acompaña a mi nueva habitación. Luego de buscar por media hora, la encontramos. Suspiro, mirando la manija de la puerta, dudosa de si abrirla o no.

—¿Nerviosa? —me pregunta Jerry, le doy una sonrisa de boca cerrada.—La primera vez siempre es difícil. Sé que estás nerviosa, yo también lo estaba, pero ya verás que te vas a acostumbrar rápido. Y por favor, ya abre la puerta, tus cajas no son livianas.

Sonrío y tomando valor abro la puerta. Dentro puedo ver una cama, un escritorio vacío; del otro lado hay otra cama con sábanas violetas, el escritorio está lleno de papeles y carpetas. Algunas ropas tiradas, calzados desordenados. Miro a Jerry y él se encoje de hombros, entramos a la habitación y me recuesto en la cama. Estoy agotada, fue un viaje largo y aún falta bajar mis cosas de la camioneta, lo cual nos toma unos 30 minutos. Al terminar finalmente me despido de mi hermano, me dedico a acomodar mis cosas cuando de pronto la puerta se abre. Una pequeña chica vestida de negro con pelo rosa entra gritando.

—¡Ya déjame en paz, Nate! ¡No quiero que me vuelvas a buscar, imbécil!

Acto seguido, cierra de un portazo para luego golpearla con el puño cerrado, yo me quedo inmóvil en mi lugar hasta que parece darse cuenta de mi presencia. Abre los ojos con curiosidad para luego mirar mis cosas y a mi de arriba abajo y luego hablar:

—Oh, disculpa, no te había visto. Eres la nueva, ¿verdad?

Me quedo pensando unos segundos para luego responder:

—Si, llegué hoy. Yo... estaba acomodando un poco.

—No hay problema linda. Soy tu compañera, mi nombre es Jessabell. Puedes decirme Jess, o puedes decirme Bell, como más te guste.

—Gracias, Bell.

—Y ¿Cuál es tu nombre?

—Alessa.

—Bueno, Alessa, bienvenida a Merdys. 

Sonrío, agradeciendo internamente su simpatía. Espero que los demás sean tan amables como ella.

                             ***

Despierto con el molesto sonido de mi alarma, me levanto sin ganas y me dirijo al baño para darme una ducha para despertar del todo. Vuelvo a mi habitación y encuentro a Bell ya levantada

—Buenos días, Alessa. No te acompaño a tu primer día porque ya se me hizo tarde. Nos vemos luego.

Se va, cerrando la puerta. Alisto mis cosas y me preparo para mi primera clase: literatura. Al llegar al salón, veo que adentro hay un par de personas. Bien. Llegué temprano. Entro y me ubico en un asiento no tan lejos del frente. Entonces, la puerta se abre y lo veo: un chico alto, piel blanca,  con cabello negro y rebelde. Puedo ver que tiene un piercing en la nariz y otro en la boca, su ropa es una mezcla de gris y negro lo cual hace que al combinar todo diera un aspecto de "me importa una mierda todo porque soy un chico malo". No me hubiera importado ni él ni su aspecto, si no fuera porque clavó su mirada en mi y pude ver sus ojos, los cuales son de un azul profundo. Me muevo incómoda porque me sigue mirando pero todo empeora cuando empieza a caminar hacia mi.

—Ese es mi lugar —dice, mirándome con esos iris azules. Son muy hipnotizantes.

Tiene una voz profunda y gruesa, pero no me impresiona. No soy fácil de impresionar y lo único que llama mi atención son sus ojos. Así que mirándolo con voz firme, respondo: 

—Yo llegué y me senté primero.

—No me interesa, es mi lugar, vete a otro.

—Creo que no entendiste, no me voy a mover.

—No, tu no entendiste, ese es MI lugar y no dejaré que una simple novata me lo quite.

—Esta simple novata no se moverá porque esta simple novata llegó primero. Y adivina qué, ¡esta simple novata ya te quitó tu lugar!

Me dedica una mirada de enojo  para después ir a sentarse en otro lugar. Sonrío victoriosa. Cuando el profesor llega la clase comienza, es entretenido y puedo tomar varias notas, al finalizar, acomodo mis cosas y me levanto para ir a la próxima clase. Me dirigía a la salida cuando alguien tocó mi hombro, era el mismo chico arrogante que intentó hacerme cambiar de lugar

—Así que, eres novata y ya andas robando asientos. ¿No es un poco pronto para tener problemas?

—El problema eres tú. Ya deja de molestar, es solo un lugar.

—No es solo un lugar, es mío, y nunca dejo que toquen lo que es mío.

—Lástima, ahora es mi asiento.

—No tienes idea de lo que estás haciendo, novata.

Ruedo los ojos y salgo del salón, las clases pasan rápidas hasta que finalmente terminan. Vuelvo a mi habitación donde me encuentro a una pequeña Bell dentro. Aún no entiendo cómo es tan bajita, debe medir al menos un metro cincuenta o más. La saludo con una sonrisa amable, mientras me  tiro en la cama. Saco las cosas de mi bolso, pero una hoja doblada se cae. La tomo algo confundida porque parece una nota, la abro sin poder creer lo que leo:

"Disfruta mi asiento, no te durará mucho. Recuerda: jamás dejo que toquen lo que es mío.

No vemos en clase, novata"

No puedo creer lo infantil que es ese chico, arrugo la nota y la tiro. Bell me mira confundida, le cuento la historia de ese arrogante mientras ella sonríe.

—Primer día y ya te cruzaste con el demonio de Merdys.

—¿Qué?

—Ese chico es considerado un demonio: callado, mal humor. Siempre a la defensiva y buscando problemas.

—Eso no lo hace un demonio, solo un idiota.

—Eso no, pero los estúpidos rumores sí.

—¿Qué rumores? —pregunto con curiosidad.

Jessabell me observa con una ceja levantada, como si mi pregunta la hubiera molestado.

—¿No crees que es de mala educación preguntar sobre la vida de otros? 

—Solo quería...

—No seas como todos aquí, por favor. No ahora que empiezas a caerme bien.

—¿Podrías al menos decirme su nombre? 

Suspira, mirándome a los ojos con una expresión que no logro descifrar:— Abden. Su nombre es Abden. 

Verdades OcultasWhere stories live. Discover now