Capítulo 7

121 12 1
                                    

Kyle. Mi ex. Mi primer amor y mi primera decepción amorosa. 

La última vez que lo vi, estábamos en mi habitación de hospital. Aún puedo recordar como estaba ese día: sus ojos estaban hincados y rojos por llorar, su labio estaba sangrando de tanto que se lo había mordido por la rabia, sus manos estaban aferradas a su cabello mientras gritaba una y otra vez que nunca se iría de mi lado.

Después de eso, fui yo quien se fue. Estuve dos largos años luchando contra mi adicción, pero logré ganar. Logré olvidarlo, dejar atrás el pasado, comencé desde cero con la ayuda de mi madre y mi hermano. Aquella pequeña niña a punto de arruinar su vida, fue olvidada, y en su lugar quedó la mujer que se prometió a sí misma no volver a caer.

Pero ahora, teniendo a Kyle frente a mí, aunque lo niegue una y mil veces... mi corazón aún se acelera cuando lo tengo cerca, mis manos arden por las ganas de volver a sentirlo.

—Después de todo lo que pasó, vienes aquí diciendo que volviste por mí. Te conozco, Kyle, y no soy estúpida. Dime por qué volviste en realidad —exclamo con enojo.

—No estoy mintiendo, bonita. Regresé porque mi lugar es a tu lado.

—¡¿No te das una idea de cuánto sufrí todo este tiempo por tu culpa?!

—¿No me doy una idea? ¡Estuve a tu lado cuando caíste, intenté ayudarte y lo que obtuve a cambio fue tu odio! Me alejé como lo pediste, me fui lo más lejos posible. ¡Estuve treinta y seis putos meses en una maldita clínica para rehabilitarme! Logré limpiarme, pude salir adelante. Terminé la escuela y te busqué. Me contacté con Jerry para saber cómo estuvieron en todo este tiempo. Porque, joder, tu hermano y tu madre son como mi familia. Cuando me dijo que empezarías la universidad, no lo dudé ni un segundo. Hice todos los papeleos necesarios y aquí estoy. Me volví fuerte, bonita, tú te volviste mi mayor motivación. Esperé mucho para estar contigo, y ahora, no dejaré que te vayas.

Caminando hacia la puerta, lo miro a los ojos. Le dedico mi mejor sonrisa falsa y con el corazón en la boca, digo lo único que se me viene a la mente.

—No te pedí que te rehabilitaras, tampoco te pedí que volvieras. Lo único que te pedí es que te fueras, y ahora, estás aquí.

—Mírame a los ojos y dime que no sientes nada.

—Aléjate a mí.

Me voy de ahí lo más rápido que puedo, bajo las escaleras y salgo del edificio. Comienzo a correr cuando veo que la lluvia cae sin cesar.

                            ***

Llego a mi edificio y me encierro en mi habitación. Al verme, Bell me abraza con fuerza, como si fuera un objeto roto que ella quiere arreglar uniendo los pedazos. Llorando en su hombro, escucho como la tormenta mueve  los árboles con violencia.

—Shhh... ya, tranquila. No sé qué ocurrió, pero no está bien que derrames tantas lágrimas.

—Está aquí, Bell. Mi pasado regresó y no quiero enfrentarlo. Me da mucho miedo.

—¿A qué te refieres? —me pregunta confundida, levantando una ceja.

—Es una larga historia, Bell.

—Bueno, es sábado, hay una tormenta afuera y dormimos en la misma habitación. Tenemos tiempo de sobra.

Suspiro para luego recortar mi cabeza en sus muslos. Mientras ella acaricia mi cabello, yo voy buscando las palabras para contar la historia que hasta el día de hoy me atormenta.

—Cuando tenía trece años, mi hermano trajo a casa un amigo suyo. Sus padres se habían ido de viaje y mamá aceptó que se quede con nosotros un tiempo. Cuando lo conocí, quedé fascinada. ¿Y cómo no? Era muy pequeña y él era realmente guapo. Cuando se fue, seguía viniendo a casa algunas veces. Poco a poco se fue fijando en mí. Pasaron los años y nuestra atracción fue creciendo más y más.  

Verdades OcultasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora