Era el día de la boda, todos estaban reunidos, todos vestían tan bien, todo lucía perfecto.
Río mentalmente, claro si uno de los novios era súper perfeccionista.
Ahí vio a ambos, enfrente del cura, confesando sus votos de matrimonio, jurando amarse para siempre.
Toco débilmente el anillo que él también poseía, extrañaba que estuviera a su lado intentando también dar una sonrisa a todo, era una boda, no debía ser un egoísta, debía pensar también en la felicidad de sus amigos.
Intentaba dar la mejor sonrisa para felicitar a la nueva pareja de casados. Lo intentaba.
Quería...
Pero sin la razón de sus sonrisas de cada día ya no estaba junto a él...
No podía solo fingir...
Él no fingía su sonrisa, era la mejor para todos, reconfortandote en ella.
Él no fingía...
Era un ser de luz a su lado.
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