A pasos lentos se fue de ese lugar dirigiéndose a la de su mejor amigo, la había cagado, había dejado que uno de los sueños que tanto anelaba su amada fuera echo trizas.
Corrió lo más que pudo a casa de Auron, dejando pequeñas lágrimas en el camino, golpeo un par de veces la puerta.
–Moni, ¿Qué sucede? ¿Por qué lloras?.
–¿Puedo entrar?.
–Claro– dejo pasar su invitada al búnker.
No sabía lo que sucedía y necesitaba respuesta rápido.
–Lana, se enojo conmigo, ella...No deje que vaya a uno de sus viajes tan importante.
–Espera ¿qué?.
–Lanita tenía que irse de viaje, fuera de Karmaland y no quería que la acompañará así que cancele el viaje y cuando se enteró se enfado conmigo. Yo no quería que se fuera sin mí, tenía miedo de que algo le sucedería, ella no es de viajar sola, quería cuidarla, no era mí intención...Yo– No pudo hablar y rompió en llantos, se sentía mal, una idiota por hacer eso, no tenía que meterse en asuntos de otros pero era por ella... Era una horrible persona.
–Monica, era un sueño para ella, no debiste romperle ese deseo, tranquilizate, lo podremos charlar, hablaremos con Lana y aclararemos las cosas...
“–¿Por qué lo hiciste?”.
“–Era por tu bien, tu no podrías controlar la alcaldía de Karmaland, deja que otro se encargue, no quiero que te pase nada malo–”.
“–Auron, sabías que era una de mis metas ser alcalde, eres mí pareja, debiste apoyarme más que alejarme de los problemas. Confíe en ti–”.
“–Lo sé Luzu, pero con ellos en Karmaland solo te harán arruinar la vida, sabes que te quiero mucho mí niño y haría todo por ti, pero esto, solo te trairia ruina–”.
“–¡BASTA! AURON DEBISTE APOYARME COMO LO PROMETISTE, PUEDO DEFENDERME SOLO, NO SOY UN PUTO NIÑO DE 5 AÑOS, Lo que tú crees es que soy muy débil para todo–”.
“–Luzu yo no quiero decir que eres débil yo—”.
“–Dejame solo Auron–”.
“–Pero–”.
“–Leave me alone–.”
Fue su primer pelea, el menor se sentía mal, no quería irse de ahi, pero tuve que. Antes de irse miro a su novio y salió de esa casa, le daría tiempo hasta que se mejore, debería esperar...
–Hola Lana.
Sintió los brazos de aquella chica rodear su cuerpo, la pelinegro asombrada también acepto el gesto de abrazo.
–I miss you, no debí enojarme por una cosa infantil, perdón.
–No Lana, yo no debía meterme en tus asuntos, tendría que haberte apoyado en todo, tenía que dejarte hacer tu cosas sola. Tienes tus cosas y yo las mías, pero siempre hay que apoyarnos en todo, no importa que tan grande sea. Siempre estaré para ti.
Auron veía desde lejos, como desearía que ese momento le hubiera ocurrido a él, pero solo era un sueño vago.
–Perdón Luzu, debí creer en ti cuando más lo necesitabas...
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