Afecto // Luzuplay

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–¿Cómo fue que sucedió?.

–Lo sentimos Tío Auron, no queríamos romper la foto...

–Perdon Tío, yo fui quien la rompió, golpeé por accidente la mesa y cayó la foto.

Ambos niños apenados intentaron arreglar lo sucedido con un lamento suyo, y claro con un puchero para ser más tiernos.

–No pasa nada, ahora sigan jugando.

Dejo pasar ese solo porque eran niños y no era para tanto, solo habían roto el marco de la foto de su boda. Se podría arreglar.

–Desde que eres Niñero de hijos que no son tuyos, has cambiado mucho.

–¿Ya vienes a buscar a tus mocosos?.

–Venga Tio, hay que salir más, ya no aguanto estar al tanto de estos dos y Triple Siete apenas me deja salir.

–Rubius tienes una familia muy linda, debes tenerles más aprecio.

–Y lo tengo, los amo mucho y a Vegetta, pero ahora quiero un espacio para mí.

–¿Quíeres otra vez irte a invernar?

–Algo así, Vegetta me dio permiso de salir a explorar, ¿Quieres venir? También vendrá Alex y Fargan, están muy estresados aquí desde que son policías.

–Esta bien, suena como un campamento.

–Sera divertido no lo dudes.

Estrecharon sus manos, Rubius llevo a sus gemelos a su hogar dejando otra vez la compañía de la soledad y Auron juntos. Pero no sería por mucho tiempo en cualquier momento vendría Mónica con su hijo y lo dejaría con el niñero Auron.

[...]

Pasaron días de esa charla y ya estaban listos para irse de campamento. El pelinegro guardaba todo en su mochila, las cosas más importantes para él estaban ahí, comida, herramientas y para refugiarse una carpa.

Veía como las familias se despedían.

–Fargan no seas una rata y escucha todo lo que te digan, no quiero que te pierdas, igual guarde muchas cosas en tu mochila, puedes sobrevivir con eso.

–Solo serán dos días Willy, no te preocupes. Te voy a extrañar.

–Yo también.

[...]

–Cuiden de papá por estos dos días, no lo hagan enfadar. Hagan caso a lo que les diga o vendré yo a golpearlos

–Papi, cuídate muy bien.

–Por favor que no te suceda nada.

Abrazaron el cuerpo cálido de su padre, tenían miedo de que algo le sucediera. Pero solo exageraban un poco, son niños, no se les pude decir nada. Sonrió por aquel abrazo y enternecido también se unió el pelinegro.

–Te vamos a extrañar Doblas.

–Y yo a ustedes.

[...]

–Amidala no seas así, solo serán dos días, me haras llorar a mí también.

–Claro que no, tengo miedo de que te pase algo, tengo miedo de-

–No pasará nada, tranquila, soy policía, todo estará bien, también tendré que cuidar a Fargan y Rubius, que son unos despistados.

–Vale cariño, cuídate, y les deseo un gran viaje.