Las quejas de una doncella detrás del casino se hicieron escuchar por Auron que pasaba por ahí, vio a la chica e inmediatamente ella se le acercó rápido.
–Buenas Noches, me llamo Mónica, me preguntaba si tendría alguna espada libre.
–Un gustó soy Auron, ¿Y para que la necesita una doncella como tú?.
–Tchs, quiero ir a casa de una amiga, la necesito para defenderme.
–La puedo acompañar hasta que llegues sana y salva.
–Ya le dije que me puedo defender sola.
Vio en esos ojos azules una pizca de enojo y determinación.
“–Auron me puedo cuidar solo, no necesito guardaespaldas o alguien que me cuide no soy un niño.”
“–Pero eres mí niño, iré contigo aunque no lo quieras, las noches en Karmaland son un caos.”
“–Ya dije que no, quedate aquí vuelvo pronto iré hablar con Alex”.
Resentido acepto lo que dijo el mayor y se quedó solo en esa casa.
–Bueno, bueno, ya no insisto, tomé le regaló está espada.
Le entrego una espada de diamante que solo llevaba para hacer peso. Miro la sonrisa de la mujer, se despido de ella y la vio partir de ahí hasta quien sabe dónde.
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