Chanyeol y Baekhyun tienen una buena vida.
Disfrutan de la compañía del otro, del amor que crece cada día más entre ambos y por supuesto, de su pequeño hijo Changkyun.
Pero el problema comienza en cuanto Chanyeol le propone a su novio tener otro hij...
Chanyeol lo había decidido. Si no decía lo que quería, terminaría en un círculo de molestia y confusión con él mismo por no ser sincero ante la situación. Dejó al pequeño Changkyun jugando en el estudio y se detuvo en la puerta, mirándolo.
—Ya vengo, papá irá a ver a papi Baek —le dijo antes de salir.
Este asintió distraído y continuó jugando. Chanyeol reunió coraje mientras caminaba por el pasillo, seguro de hablar firme y claro. Si Baekhyun no aceptaba, entonces simplemente respetaría su decisión. Después de todo, no podía obligarlo a algo que él no quería y eso estaba bien.
Solo lo intentaría.
Cruzó a la sala y se encontró con el castaño profundamente dormido en el sofá. Caminó lentamente hacia él, pensando que quizás estaba fingiendo estarlo, pero sonrió tocando su nariz mientras el otro lanzaba leves suspiros entre sueños, entonces lo observó unos segundos con absoluta atención. Era fantástico el parecido que tenía a Changkyun mientras dormía.
Realmente parecía un bebé.
Tomó una frazada liviana que estaba en la esquina del sofá y lo cubrió lentamente.
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Se quedó mirándolo unos pocos momentos más, para luego acariciar levemente su cabello mientras sonreía. Era afortunado.
De pronto escuchó un ruido en el estudio y recordó a su hijo solo en tal habitación. Caminó hacia allá y entró, encontrándose al quien pequeño había tirado una de sus guitarras acústicas. Bufó en cuanto vio.
—Changkyun, vamos, es hora de dormir.
El niño frunció el ceño y negó.
—No, no, no. Dormir no.
—Vamos. Mañana puedes seguir jugando, ¿quieres tu biberón?
El castañito frunció sus labios pensativo y se levantó del suelo, caminando hacia su padre y tomando su mano. Este observó todo el lugar desordenado y rodó los ojos.
—Qué desastre... —murmuró, cerrando la puerta después.
—¿Papá Baek? —preguntó mirándolo.
—Oh, papi está dormido —le dijo, llevándolo hacia la sala donde el nombrado seguía en la misma posición —¿Lo ves? Tú debes dormir también, ya es muy tarde~
El niño observó a su padre castaño un rato más, sentándose frente a él en el otro sillón. Chanyeol aprovechó que el niño estaba ocupado observando a su otro padre dormir mientras él preparara su biberón. Una vez que le entregó la leche, el pequeño caminó voluntariamente hacia el pasillo.
—¿A dónde vas?
—Dormir —dijo.
Chanyeol sonrió divertido y lo siguió, entrando con él a su respectiva habitación. Lo ayudó a subir a la cama, lo cubrió con las frazadas y se quedó allí hasta que el pequeño terminara de beber su leche. Cuando el niño la acabó, le tendió el biberón y lo miró.
