fue una mala idea

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Empiezo a creer que todos tenemos una voz interior..

Y no, no me refiero a esa voz mental que estás usando en éste preciso momento para leer.
Me refiero a esa voz que usamos todos los días. Cuando vemos algo que nos desagrada, lo normal es pensar en lo mal que se ve, o cuando alguien es injusto con nosotros y lo único que podemos hacer cuando no tienes las agallas de enfrentarlo, es pensar en lo que se merece.

—Hoy tomaré el autobús, así que puedes irte tranquilo a tú trabajo sin desviarte —dije apresurandome en bajar las escaleras

—Si, creo que es lo indicado. Ya voy tarde. ¿Tienes suficiente dinero?

—Aún tengo. No te preocupes, debo irme.

Salí sin esperar su respuesta. Ví como el color del cielo se hacía cargo de mejorarme el humor. Saqué la libreta de la mochila y llamar al número que me había dado la profesora.

—¿Diga?

—Uhm, con la doctora Karen?

—Si, ella habla. ¿Quién es?

—Soy Casey. El sábado pasado asistí a su clase de pintura, no sé si me recuerda.

Hubo un breve silencio.

—¡Oh por supuesto! —dijo —, ¿qué tal? Cómo es que conseguiste este número?

—Mi profesora de inglés me hizo el favor de darmelo. Espero no le moleste.

—Claro, la profesora Zeller ¿Dime en qué te puedo ayudar?

Aunque ya estaba lejos de las calles de mi vecindario, estaba nerviosa. Cómo si John me fuera a pillar hablando por el móvil

—Bueno, la verdad es que no creo volver a las clases, pero me preguntaba si podría programar una cita, con usted.

—Por supuesto —su voz había cambiado, como en tono matiz más profesional—. Escucha estoy viendo en mi agenda del ordenador, y creo que mañana tengo un pequeño espacio entre las trece horas, ¿Te parece bien?

—Claro. ¿Me pasa su dirección? —pregunte sacando pluma y libreta

Escribí la dirección y el número de su departamento, uno dos, cero dos. Esta en la planta de arriba, mencionó que la puerta principal solo se abre con una tarjeta digital, sobre aquello de la inseguridad. Así que tendría que avisarle cuando estuviera ahí afuera y me recibiera.

Sin darme cuenta, ya estaba en la escuela.
Era miércoles y se supone que habría una fiesta a la que iría sin permiso.

—Hola Casey —dijo Claire poniéndose a un lado de mí

—Hola —conteste sin ganas

—No había tenido oportunidad de hablar contigo pero.. —se giró hacia los dos lados y ver que no había nadie—, de verdad lamento por lo del sábado. Quiero decir, no fue mi intención. Pero lo que te dicen de tí, tú reputación.., tu me entiendes, no?

—Claire, de verdad. No me importa, ni tú, ni tú horrible fiesta en sowers, ni los idiotas que fueron a ella. Solo.. déjame tranquila.

—Tranquila, está bien —añadio sorprendida por mí respuesta.

Hasta yo me sorprendí. Creo que es parte del proceso en donde poco a poco vas empezando a ver la vida como en realidad es. Las personas apestan, son hipócritas, indiferentes y les encanta juzgarte. Pero en redes sociales son héroes, nobles y hasta defensores de derechos. En este instituto, tienes que aprender por la mala que siempre habrá alguien por encima de ti. Lo sé, es injusto y horrible. Pero es la realidad.

R O T O S    ™Where stories live. Discover now