un nuevo amigo

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—Creo que eres muy.. dramática —dijo con pena separando sus cejas

—Estoy diciendo la verdad. Es una chica muy simpática, creo que ustedes deberían salir. Aunque ella es popular..

Joseph interrumpió

—Gracias —contesto con una sutil ofendidez

Sólo quería cambiar de tema, que no me emparejarán con ningún chico. Ni siquiera con Dunn. Era mejor que él se fijara en alguien más, si es que yo estaba en su lista. Frente a mí, había seis piezas de pan de ajo con queso, una pizza especialidad de Domino's, la cual traía todo lo imaginable (excepto anchoas, que asco), y una variedad de cervezas frías.

—Creo que lo mejor de la fiestas es la comida —indiqué mordiendo un pedazo de pizza

—Vaya que eres muy inocente.

—¿Te sientes bien?

—Sí —dije

—Estas un poco callada.

Creó que jamás había sido buena en las interacciones entre los demás.

—Supungo que tengo muchas cosas en mente

—Y todo bien con lo que pasa por ahí? —dijo señalando mi cabeza

Asentí con nerviosismo. No había pedido permiso y sólo pensaba en los peores castigos que recibiría si John se enteraba. Solo deseaba en que yo fuera la primera en llegar sin ser vista por los vecinos. Tomé otra lata de cerveza y la bebí como si fuera nada. Llevábamos casi dos horas en casa de la porrista cuando ella se disculpó para ir al baño, pero sabía que no regresaría y solo había sido un pretexto para irse de ahí. Joseph suspiro y se deslizó sobre la piel del asiento para estar más cerca de mí.

—¿Cuantas llevas? —pregunto señalando las latas vacías en la mesita de enfrente.

—Creo que cinco, pero no me siento ebria.

—Tuviste problemas para llegar?

—No. Google maps me ayudó bastante.

—Genial. Me hubiera gustado pasar por tí pero no pude ir hoy a la escuela, mi padre necesitaba que lo ayudara en la tienda

—Esta bien, lo entiendo —respondí

—Adivina que.

—¿Qué? —pregunte curiosa.

—Me ofrecieron una beca para la universidad.

—Eso es grandioso, ¿Qué clase de beca?

—Para una escuela muy prestigiosa en California.

—Joseph, esas son grandes noticias. Debes estar muy feliz por eso, estás a poco de terminar el tercer de año de preparatoria. Tu padre debe estar orgulloso.

—Esa es la cosa. No quisiera dejarlo solo. Te he contado que quedó algo afectado por la muerte de mi madre, no deseo irme de Filadelfia.

Algo en lo que él y yo éramos muy parecidos, era en la forma en la que el sabía que no podía alejarse de su única familia. Perder a su madre no debió haber sido fácil. Yo crecí sin ambas figuras y tener que vivir bajo la crianza de mi tío fue más obligación legal que por voluntad propia. Él debía estar con su padre o sentiría esa sensación de culpabilidad.

—Lo entiendo. Pero una oportunidad así no la obtendrás una segunda vez, yo me iría sin pensarlo.

—Dices eso porque tú aún no estás en segundo año.

—Pero los profesores ya nos hablan sobre nuestros planes de estudio en el futuro.

—Lo pensaré —dijo seriamente.

R O T O S    ™Where stories live. Discover now