Capitulo 17 Impulsos, Kara

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Hola, perdón por tardar tanto, pero en recompensa y como especial de San Valentin les dejo un pequeño relato extra. Espero que les guste y me digan de quien creen que se trata y si la jodí y se tornó muy confuso pues también. Gracias por todos sus comentarios y apoyo, espero les siga gustando mi historia =)

   ......Pequeña nota:  Este fragmento también se lo dedico a J. como un pequeño regalo por todo el tiempo que llevamos juntas y el que aún nos falta. Gracias por todo mujer, te quiero ;).

Un punto perdido en el tiempo

Tranquilidad... eso era todo lo que Kara podía sentir en ese momento, acostada boca abajo con los ojos cerrados respirando hondo y abrazando fuerte la almohada bajo sus brazos sintiendo como una sonrisa se formaba en su rostro. Comenzó a abrirlos ojos perezosamente mientras observaba a un lado, hacía las paredes de un cuarto, sintiendo una especie de bruma dentro de su cabeza. No estaba segura de donde se encontraba o qué día era, pero presentía que todo era normal, que las cosas estaban en su lugar y esa habitación era su sitio favorito. Ella no entendía ni podía explicar por qué, sólo estaba segura de eso y decidió que era todo lo que necesitaba, no tenía por qué dudar de algo que simplemente... estaba bien.

Volvió a respirar hondo cerrando los ojos mientras estiraba sus extremidades para volver a acurrucarse bajo las sábanas cuando su cuerpo se congeló. A su mente estaban regresando todos esos momentos que había olvidado. Vio las pérdidas, golpes, lágrimas, heridas y los dolores que creía le arrancarían el alma, pero sobre todo, vio los momentos felices junto a Solei y Lena. Veía a su amada Rao sonreír frente ella dando vueltas burlona en medio de algún parque llamándola para que le atrapara, vio su primer beso y el último antes de perderla, lo que tenía y lo que le arrebataron, lo que pudo ser, pero no fue. Ahí estaba de nuevo su primer amor, el amor de su vida, la mujer por la que dio el alma y la vida entera y las perdió junto con ella. Ante sus ojos estaba quién le dio esperanza, sostuvo su mano y le daba fuerzas cuando creía que no podía seguir su camino, uno que se tornaba cada día más oscuro y difícil, pues constantemente tenía que decidir entre su familia y quien era y en lo que creía. Rao era su luz, su lugar seguro, quien nunca la abandonaba y le hacía regresar siempre al camino correcto. Sin su sol todo se había vuelto oscuro, desolado y frío, como si estuviera de regreso en la zona fantasma rodeada de pesadillas.

En medio de aquella oscuridad, una voz dulce, pero firme y algo intimidante llamó su atención repitiendo su nombre. Al buscar su origen quedó hipnotizada por dos brillantes y hermosas esmeraldas que parecían flotar frente a ella. Trató de tocarlas, pero al acercar su mano un brillo intenso la cegó por un momento. Cuando sintió que el brillo había disminuido comenzó abrir lentamente los ojos enfocando la vista. Frente a ella estaba aquella oficina que conocía tan bien, al fondo seguía aquel balcón que tantas veces le sirvió como entrada. Entonces volvió a escuchar su nombre acompañado de aquella voz que se había instalado en su memoria y concentró su vista en el escritorio blanco a unos metros de ella. Sentada tras él, en su gran silla de CEO, estaba Lena con la vista fija una en la rubia, cruzada de brazos con su tan acostumbrado temple fuerte y orgulloso, pero con esa ligera sonrisa ladeada, sensual y algo prepotente tan característica de ella; sin embargo, su mirada era cálida reflejando todo el cariño que sentía por Kara. Fue ahí, observando el cálido mar de kriptonita que la rubia se perdió en sus profundidades. Recordó el primer día que la vio y cómo después de tanto tiempo volvió a ser ella, la torpe e insegura Kara con un corazón locamente acelerado por alguna razón. Ahí estaba ella, Kieran su Kieran, la mujer que le devolvió el alma y las ganas de vivir y amar de nuevo. Ahí estaba, siendo tan fuerte, orgullosa y llena de si misma, tan Luthor, pero al mismo tiempo rota por sus inseguridades y miedos algo que sólo había dejado ver a la ojiazul; aun así siendo tan cálida y llena de amor por las personas especialmente por la mujer frente a ella; simple y sencilla, tan Lena, sólo Lena. En ese momento Kara pensó en lo diferente de las situaciones, con Rao siempre fue una, dio todo desde el principio, sin mentiras, completa un amor puro y sincero desde el principio; pero con Lena todo siempre fueron fragmentos, verdades incompletas por su parte, aun así la amaba y era amada. 

Tierra 83 SuperCorpWhere stories live. Discover now