6.

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Su padre alguna vez le había dicho "Ten orgullo y sé un chico difícil, pero si la otra persona en verdad se esfuerza por ti y lo demuestra, entonces sácate la cabeza del culo y sé tú el primero en dejar ese mismo orgullo del principio", y aunque en su momento no tenía sentido – no para un niño de 6 años que a grandes hazañas podía comerse los mocos sin ser descubierto-, en ese sí que lo tenía y sí que lo necesitaba. Pero vamos, que siempre fue muy testarudo y quisquilloso como para no alardear y disfrutar de tener a Clark mirándolo con ojitos de cachorro cada tanto, así como llevándole café o donas con corazones cuando el secretario era él.

Vamos, que disfrutaba de ser el centro cariñoso de alguien por una vez en su vida, mas sabía que debía cortar con ello y hablar con el azabache.

Sí, había dejado pasar el día entero y no había tenido la oportunidad de decirle a Clark que quería escuchar su explicación y que quería besarle por toda su tierna y gloriosa cara de nerd. Tuvo que ir a casa y reponer su sueño y descansar sus músculos esta vez con la compañía de su cobija y su nuevo peluche de Superman, el cual compró camino a casa.

(...)

- Stilinski llegando temprano, esto es nuevo.

- ¡Hey! Siempre llego temprano. – se defendió de la pelirroja que sonreía con malicia. – Bueno, tal vez no siempre... o tal vez ningún día, ¡pero nadie lo nota!

- Yo sí.

- Pero tú no dirás nada porque te agrado. – susurró divertido guiñándole un ojo.- Y el señor Clark no se enojaría, siento cierto aprecio por mí y debe ser porque soy un secretario impecable. – se vanaglorió inflando el pecho y mostrando la pantalla de su ordenador, donde se reflejaba la agenda perfectamente organizada para las entrevistas o visitas del ojiverde para el mes completo.

Lo cierto era que tenía razón. Su trabajo resultaba exquisito y muy ordenado como para ser un chico que de orden aparentaba 0. Y bueno, tal vez influía que era el chico que había arrebatado la virginidad de su jefe dándole la suya propia. Solo tal vez.

- Ya, uh-hum. – rodó los ojos acomodando un mechón rebelde tras su oreja. – El señor Kent es amable con todos, ese hombre no sería capaz de matar una mosca.

- ¡Ayer vi a Superman! No te conté porque no te vi, pero si puedo resumirte todo en una palabra entonces es... maravilloso y jodidamente caliente. – contó cambiando el rumbo de la conversación sin ser consciente del todo.

- Esas son tres palabras.

- Maravillosoyjodidamentecaliente. – musitó con rapidez levantando las cejas retador.

- Eres un idiota.

- Pero te agrado. – se jactó echándose para atrás en la silla y dando algunas vueltas mientras miraba seriamente el techo. – ¿Tú has visto a Superman?

- Solo un par de veces nunca cerca, ese hombre va de lado a lado en un parpadear. No sé cómo el señor Kent ha obtenido tan buenas fotos con la velocidad del hombre.

- No lo sé, pero lo que sí sé es que no le rinde honor al trasero que tiene. – canturreó escuchando la risita de Lydia. – Deberías verlo, es como, uhm, ¡un gran durazno!

- ¿Qué es como un gran durazno?

Stiles detuvo sus giros para buscar aterrorizado la mirada de Lydia, encontrándose con un asiento vacío y una cabellera rojiza alejándose cada vez más.

- Uhm, eh... ¿una manzana? – respondió cerrando los ojos y golpeándose mentalmente por la absurdidad dicha. Bah, dejaría su momento de reclamo propio para la posteridad, tenía un Clark a sus espaldas al cual despistar.

S de Stiles.Where stories live. Discover now