Capitulo 4

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Ver a Allan salir apresurado hacia el baño me preocupa demasiado, le vi el rostro y era evidente que no se encontraba bien, tengo el fuerte impulso de salir corriendo tras él, pero el profesor ya había sido indulgente conmigo y no quería tentar a mi suerte, además pronto regresara y le preguntare que le sucede. 

- Bueno, para la próxima clase quiero que en parejas expongan sobre los órganos principales del ser humano y cuál es la función de cada uno. Las parejas se harán a su conveniencia – el profesor comienza a recoger sus cosas y estoy a punto de girarme para pedirle al chico que está detrás que sea mi pareja, pero en un momento de iluminación se me ocurre una brillante idea – traigan en una hoja de papel el nombre de las parejas.

Arranco un trozo de papel y escribo apresuradamente mi nombre junto al de Allan, suspiro, que bien se ven juntos; Denisse y Allan... pero despierto al percatarme que Allan regresara en cualquier momento y no quiero que tenga tiempo para  encontrar otra pareja, le entrego la hoja al profesor y regreso casi saltando a mi lugar.

- Muy bien, nos vemos la próxima clase, y por favor estén preparados todos, porque todos pasaran – toma su maletín y se va. Uf, Allan tendrá que aceptar el hecho de que haremos pareja para la tarea, ojala solo fuera pareja, pero de momento tomaré lo que la vida me da.

El siguiente periodo comienza y Allan entra después de la maestra, primero pienso que la Doctora lo amonestará por entrar tarde, pero él le dice unas cuantas palabras y le sonríe y parece que ella se lo perdonaría todo, ojalá alguna vez esa mirada se dirigiera hacia mí.

A veces me preguntaba si todo lo que hacía valía la pena, se que muchas veces pasaba por una loca. Cuando era niña todo el mundo veía como algo tierno mis sentimientos hacia Allan, pero conforme pasaba el tiempo sus amigos y los míos nos molestaban por ello, había algunos que incluso me tenían miedo.

Mi mamá incluso me llevo con una psicóloga cuando tenía quince para saber porque estaba tan obsesionada con Allan, pero ella le dijo que este tipo de obsesión era muy típica de la adolescencia y mientras no cruzara ciertos límites, era normal.

Ella me dio una hoja con esos límites, y debo ser honesta y decir que he roto uno o dos, pero nunca he puesto mi vida en riesgo la de él, o la de cualquier otra persona, así que supongo que no es nada grave.

Ahora que lo pienso ni siquiera recuerdo cuales eran esos parámetros, cuando llegue a la casa tendré que buscar esa hoja y releerlo, tal vez en el último tiempo haya obviado esos límites.

Regreso a la realidad cuando Allan se sienta en su lugar, tengo ganas de preguntarle si está bien, pero la doctora rápidamente empieza a hablar y no quiero perderme ni un instante, cada segundo es valioso e importante.

La doctora es muy buena explicando una clase que no se me da para nada bien, ha sido con la que más he luchado; biología, se me hace muy compleja y un tanto aburrida. Me da la sensación que con esta maestra la cosa mejorará.

Increíblemente en toda la hora logro olvidarme de Allan y concentrar mi atención en la Doctora, supongo que de momento la novedad de estar en la universidad opaco mi enamoramiento por él, cuando logre acostumbrarme a la nueva rutina volverá a ser él el centro de mi existencia.

Es hora de un receso y veo como Allan recoge apresuradamente sus cosas y sale del salón, hago lo mismo y corro tras él.

- ¿Y qué tal el primer día? ¿Qué te pareció? – trato de correr a su paso, pero a pesar de ser de tamaño promedio, no soy rival para su altura, mis piernas cortas así lo demuestran. Se me caen los cuadernos que llevo en los brazos y tengo que detenerme a recogerlos, y como siempre pasa, Allan vuelve a sorprenderme al regresar y ayudarme – gracias – le respondo cuando me entrega el cuaderno que cayó mas lejos.

- De nada – nuestros dedos se rozan gracias a que alargue de más la mano y nos vemos a los ojos, me ve sorprendido y después se aparta de mí rápidamente murmurando entre dientes.

No sé si estoy imaginando lo que vi en sus ojos, es la primera vez que veo algo de interés en ellos. Eso me preocupaba porque él es muy honesto con su mirada y nunca veía una pizca de interés en mí, pero acaba de darme la chispa que necesitaba para seguir adelante en mi plan para conquistarlo. No tengo ni idea de cómo lo lograré, pero voy a intentarlo todo.

Acosadora, Acosada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora