Lauren.
Al salir de la habitación vi a mi padre junto a Chris, ambos hablaban recargados en la pared y observe un momento. A pesar que Christofer no era hijo de mi padre, eran muy parecidos físicamente. Además Chris comenzaba a adaptar pequeños gestos comunes en mi padre que daban a entender lo cercanos que eran y de cierta manera aquello me dolía un poco porque a su edad no tuve esa cercanía con mi padre.
" Lauren." Chris se acerco y lo recibí con los brazos abiertos pero al separarnos me quede allí mirando al hombre mayor. " Morgan es hermosa." Sonrió.
" Gracias." Murmuré, balanceandome con la punta de mis pies. Mi padre me tendió una pequeña caja.
" Es un regaló para la bebé. Para Natalie se lo entregue a tu madre antes de irse." Lo tome con un suspiro. " Felicidades, Lauren. Sé que tus hijas tendrán una gran madre, que siempre estará para ellas."
" Por supuesto. Seré todo lo contrarió a ti." No pude evitar decir y observe a Chris aclararse la garganta de manera incomoda. Mi padre bajo la cabeza y asintió.
" Eso lo sé, Lauren. También sé que es tarde para pedir una disculpa o para aparecer aquí como si nada pero no podía perderme el día especial de mi niña." Cerré los ojos con fuerza y respire fuerte.
" Te perdiste muchos días especiales en mi vida. Como mi primer partido, cuando recibí esa llamada para jugar de manera profesional incluso cuando jugué en los preolímpicos, tú nunca estuviste ahí." Baje la cabeza y sentía la boca seca. " Hiciste todo lo contrario de lo que se supone que un padre haga, me envenenaste con tu egoísmo e hiciste que traicionará a la mujer que he amado siempre."
" ¡Y lo siento mucho! Lamento tanto haberme comportado así, estuve mal por tanto años. Estuve ciego al no ver el sufrimiento de mi familia por mi egoísmo y orgullo. " Suspira y no dejo de mirarlo fijamente. " Una disculpa no es suficiente lo sé pero perdoname por todo Lauren." Lo miro y me doy la vuelta para marcharme pero el recuerdo de los últimos ocho meses me golpea.
Yo estuve en su lugar hace ocho meses, sabía que una disculpa no sería suficiente para obtener perdón pero aún así luche para obtenerlo y Camila me lo dio. Aún después de saber que no lo merecía pero mi ángel tiene un corazón tan enorme y agradezco por eso.
Mi pecado no tiene comparación al de mi padre, él a aceptado que esta mal mientras que yo solo tenia una mente débil.
" Sabes, aún ahora que tengo este anillo en mi dedo." Muestro la joya. " Y que Camila lleva mi nombre, pienso el porque me perdono y me dio el regalo más valioso que hay. Una familia." Mi padre me observa y Chris baja sus ojos. " ¿Lo sabes, papá?." Él niega mirando directamente a mis ojos." Por que tiene un corazón en el cual no cabe maldad, el cual esta lleno de amor para sus hijos, amigos, familia y para mi. Igual que el mio. Te quiero mucho, papá." Me abrazo a él y me permito recordar todos los momentos que tuvimos juntos cuando era niña.
Las veces que me caí en mi bicicleta y mi padre estaba allí para curarme las heridas, cuando me regalo mi primer balón de fútbol, cuando fuimos a un partido. Cada uno de esos momentos con mi padre me golpearon de repente y no pude evitar llorar en su hombro mientras pensaba en todo. Mientras prometía que estaría al lado de mis hijas siempre, para disfrutar de sus alegrías, de sus tristezas, de sus ilusiones, de cada momento de sus vidas allí estaría yo. Siempre.
" Voy a ir a casa, tengo que darme una ducha y volver." Digo separándome de mi papá cerrando los ojos un momento al sentir sus labios en mi mejilla.
" Felicidades, mi niña. Espero pronto a la familia de vacaciones por casa." Asiento y veo como camina unos pasos pero lo detengo.
" Papá, puedes pasar un rato con Camila y las niñas. A Natalie le encantará saber que tiene otro abuelo." Él sonrió y Chris me abraza con fuerte mientras observamos a mi padre entrar de manera tímida a la habitación de Camila.
