Especial

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El rubio sonrió con suficiencia y se recostó por el pilar de la pequeña casa, en sus manos sujetaba una copa con licor, y observaba con una gran sonrisa el bello escenario que tenía en frente, Loki sostenía en sus brazos a un pequeño bebe de cabello dorado radiante como el sol virgen de las mañanas, sus pequeños ojitos verdes brillaban dilatados mientras reía alegremente jugando con el hombre que era su padre.

Las personas que conoció en Midgard y lo unieron al grupo llamado Vengadores también estaban en el lugar riendo y celebrando.

A su lado cierto castaño con capa roja se encontraba cruzado de brazos observando igual de alegre la escena.

—¿Como se siente? —Se atrevió a preguntar Strange.

—Creo que aún siento algo.. Pero verlo de ese modo.. Tan feliz y radiante, me hace fuerte para aceptarlo —Contestó Thor suspirando.

—Verlo de ese modo es más simple que luchar por él, ¿Eh?.

—Ya lo hice, amigo hechicero. Y perdí, pero al igual gane demasiado —Termino diciendo el nuevo Rey de Asgard y aparto la copa dejándola a un lado para caminar hacia su hermano menor y su pequeño sobrino.

—Como esta mi pequeño lobo —Habló Thor acariando el frágil rostro del recién nacido y este sujeto sus dedos riendo y enseñando sus primeros dientes tan pequeños como perlas marinas. —Eres simplemente perfecto, Fenrir —Espeto el rubio.

—Lo es —Afirmó Loki observándolo con ternura.

—Agradezco a Odin que haya sacado tus ojos, hermano —Loki sonrió y extendió al pequeño bebe hacia su ex amante y ahora amigo y hermano, padrino de su hijo y su Rey. Thor sujeto al bebé acunandolo en sus fuertes brazos meciendolo suavemente.

Steve se acercó lentamente llegando al lado de su novio y futuro esposo abrazándolo por detrás y dejando su mentón sobre el hombro de este.

—Alguien está demasiado feliz —Dijo Rogers sonriendo.

—¿Como no estarlo?. Tengo dos razones que ahora son mi nuevo mundo.

—¿Te he dicho hoy cuanto te amo?.

—Me gustaría volver a oírlo.

Steve deposito un suave beso en el rostro de Loki.

—Te amo.

—Igual yo.

Los pequeños grititos de felicidad de Fenrir se oían por todo el lugar, para sus padres eran música para sus oídos, el simple hecho de que su pequeño lobo estuviese feliz, era suficiente para ambos, y realmente para todos.

Un error dio inicio a todo, pero acabo siendo reemplazado por las riendas del destino, las cuales eran tejidas por 3 ancianas debajo del sagrado Yggdrasil el cual unía a todos los mundos existentes.

Fin

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