O2. El peor escenario

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absit a re

Se estaba preparando, no recibía visitas desde hace mucho tiempo. Un nuevo grupo de estudiantes venía por una visita. Dejó que sus esclavos le hicieran otro vestido, esta vez no era blanco, era negro, largo, igual o más pesado, parecía de terciopelo puro, la suavidad era increíble, como si cada diente de león del mundo fuera unido a otro. Dejaba sus hombros descubiertos hasta el comienzo de sus omóplatos y el resto de sus brazos estaban cubiertos hasta la punta de sus dedos, la capa era larga y arrastraba mientras caminaba, sus detalles fueron bordados con agonía. Para darle un último toque a su imagen, prendió fuego al frente de su vestido, las llamas levantaron un poco el dobladillo y dejaron una abertura para que se asomase su pierna con terminación en sus pies descalzos. Disminuyó la llama de modo que sólo quedaba un ligero fuego en el borde de la tela. Se veía impecable.

Estaba lista para recibir a cualquier humano, si es que llegaba.

Costa de Santiago, Chile.

Quirófano, 8:12 pm.

-—Lauren —pronunció dejando que su boca hiciera maravillas mientras salía su nombre —, Lauren —de nuevo —, Lauren —y de nuevo. Había perdido la cuenta de la cantidas de veces que lo había dicho —... Laure-

—¿Quieres callarte? —interrumpió su ritual — No es la maldita Bloody Mary, no va a aparecer no importa cuanto menciones su nombre.

—Deberías concentrarte en cosas más importantes, Jane —la llamada volteó a verla —. Estuve toda noche tratando de investigar acerca de Ella. ¿Sabes que encontré? Nada, absolutamente nada. Cero, ni siquiera documentos similares, no existen.

—Relájate, Cabello, no lograrás nada así de tensa. Además, saca a Lauren de tu cabeza, si mueres con ella en la mente te estarás sirviendo en bandeja de plata —le dio una mirada comprensiva.

—Tranquila, se a lo que voy —dijo la verdad, o al menos eso creía, ya no lo tenía tan claro. Ahora si que tenía miedo.

El silencio se prolongó unos minutos hasta que la polinesia decidió aclarar sus dudas —Camila, en caso de que ya no regrese, quería preguntarte algo.

Se evitó la tarea de darle esperanzas a su amiga, la posibilidad de morir era algo que tenían que tener muy presente —de una, Jane.

—Se que tú vas por algo diferente -vaya, eso sí que fue de una —. Sabes algo que los demás no.

Cabía la probabilidad de que esa fuese su última conversación, así que se decidió por ser honesta —No se nada que ustedes no sepan, pero yo no voy sólo por información de Septima. Yo voy por información de Ella —Dinah guardó silencio esperando que hablase más —. Lauren no pertenece ahí, es un alma más que, lamentablemente, está ahí encarcelada. Hay algo mal en el infierno, ella es un error, necesita salir de ahí.

Una tormenta de preguntas amenzaba con estallar, pero debía mantener la compostura. Seleccionó sabia su siguiente y última duda —¿Por qué tú, Mila?

—Fuera de bromas, llevo toda mi vida aquí. He dedicado mi vida a la Formativa, podría decirse que era-

—La elegida —terminaron al unísono. Se rieron juntas —. Sólo... Ten cuidado. Corres más riesgos que cualquiera en esta sala.

Camila tomó su mano para después sonreírle. Tranquilizándola.

La puerta se abrió y todos los pupilos presentes callaron. El Doctor entró dirigiéndose a la mesilla donde estaban las soluciones y a un lado el carro de paros.

—Llegó la hora, todos saben qué hacer. Están a punto de morir, si tienen algo que decir, ahora es el momento —nadie mencionó nada, todo lo que querían decir, los testamentos estaban listos desde hace horas —. Bien, es hora del descenso.

Pasó por la primera camilla, preparó todo y de un choque —¡Despejen! -, murió.

Ahí va el primero.

Quirófano, 8:28 pm.

Ver morir a Dinah era algo de lo que Camila estaba al tanto, pero ninguna clase la preparó para evitar soltar un par de lágrimas al ver como el alma de su amiga iba derecho a Septima. Pero ya era suficiente, en cuanto el doctor terminó con la vida de la rubia, dirigió su atención a la morena que estaba al lado.

—¿Lista, Cabello? —se le escuchó decir a través del curebocas.

Acababa de presenciar como asesinaban a sus compañeros uno por uno, prácticamente, cometiendo suicidio para condenar sus almas al infierno, ahora seguía ella de morir y abandonar ese cuarto extremadamente frío y lleno de cadáveres y, maldita sea, se había preparado para esto toda su vida, estaba más que lista —lista.

—No lo dudo —abrió su bata dejando su pecho al aire libre, la piel se le erizó, no sabía si por el frío o por los nervios. Al instante que sintió las paletas heladas en su tórax se contrajo y cerró los ojos —. Listos, ¡despejen!

Un pellizco en su cuerpo y luego todo fue negro.

descenda preinfernum, 735:81:241 apm.

Dejó de sentir el frío del metal donde estaba y que abrazaba su cuerpo para empezar a notar una cálida sensación. Un calor agradable que le remontó a su infancia en la Formativa de Miami.

"¿Formativa de Miami?, ¿Ya no hace frío?, ¡Bien!" Celebró, pudo llegar hasta acá abajo sin creer que había muerto realmente, ahora era cuestión de seguir con la misión. Tenía que apurarse, no tenía noción del tiempo y en la Tierra los iban a revivir en unos minutos antes de que les declararan muerte cerebral y quedaran atrapados ahí para siempre.

Si su educación no le fallaba, tenía que descender hasta el séptimo nivel.

—Dante no estaba tan mal después de todo —si bien 'Infierno' era una muletilla para referirse a la ruptura espacio-temporal donde estaba. Le quedaba y eso, nadie lo negaba; además, era más corto.

Descendía, como si hubiera nacido para ello; del cuarto nivel en adelante empezó a escuchar un canto hipnotizante, una voz de extremo encanto llamaba. Camila quedó quieta, ¡Vaya, esa sí que era una voz! Un balance perfecto entre lo grave y lo suave, las notas se hacían más intensas conforme bajaba. No había mucho que apreciar, nada que no haya visto antes. Tenían estrictamente prohibido interrumpir los castigos de los condenados porque entonces, de esa, no se salvarían.

No era una regla de la Formativa, era una regla Divina; no puedes interferir en la justicia, no puedes interponerte entre órdenes de, llámalo, Dios o del Universo, no puedes alterar el orden que lleva rigiendo la Tierra desde el inicio de los tiempos.

En eso consistía el entrenamiento básico. ¡Va! Básico era, complicado, de cojones.

Los gritos de los que estaban ahí eran desgarradores, y no de forma metafórica, en serio desgarraban, Camila llegó al sexto nivel con dolor de estómago y una migraña que no veas, además de que varios rasguños nacieron en su abdomen.

—Esto dejará una marca —paró. La voz regresó.

Septima la llamaba.

[ Referencias ]

absit a re: lejos de la realidad.

descenda preinfernum: descendencia a infierno previo.

Todas las traducciones de este fanfic son a latín.

𝐌𝐈𝐒𝐈𝐨́𝐍 𝐄𝐒𝐌𝐄𝐑𝐀𝐋𝐃𝐀 ━━━ 𝗰𝗮𝗺𝗿𝗲𝗻 𝗴!𝗽Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon