❥ 16

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Los labios de Yoongi eran tan suaves como los recordaba y con el típico sabor a café. No podía creer que lo estaba besando de nuevo después de tanto tiempo, sintiéndolo capturar mi labio superior entre los suyos y luego el de abajo, con su lengua rozando cada uno y buscando la mía con cautela y con calma.

Gemía de vez en cuando y escucharlo me provocaba una electricidad que recorría hasta la punta de mis pies. Su cintura era más pequeña que antes pero más firme, indicándome que ha trabajado bastante físicamente, y es lo que necesita para tener la resistencia suficiente para bailar por horas en los escenarios.

Mi corazón dolía y oprimía mi pecho, pero porque estaba trabajando duro para poder irrigar cada centímetro de mi sistema y mantenerme con vida; no podía con tanta emoción y sentía como que en cualquier minuto se rendía y dejaba de latir.

Yoongi me giró despacio para ponerse sobre mí y mirarme mientras corría los cabellos que quedaban en mi rostro. Volvió a unir su boca con la mía como si eso le diera el suficiente oxígeno para respirar, pero era todo lo contrario.

Ninguno de los dos podía -ni quería- detenerse. Sentía mil cosas en estos minutos y dudaba si seguía respirando. Quería tocarlo a mi anotojo, volver a sentir a Suga como la otra parte de mi alma, reconectándonos y volviendo a conocernos. Mi mano curiosa se inmiscuyó debajo de su camiseta y recorrió su abdomen hasta su espalda, soltando más gemidos entre medio que me volvían loca. Ambos lo queríamos desde ya un tiempo y no podíamos hacernos los tontos por mucho más.

—Yoongi...

—Te amo, Haeyoung.

Su confesión acompañada de una mirada tierna y seria hizo que mi cuerpo se estremeciera bajo el suyo. Quería llorar, mis ojos ardían y mi pecho se oprimía aún más; tenía miedo, estaba asustada y me costaba dejar todo eso detrás.

—Yo...

Me besó rápido para que no dijera nada de lo que pudiese arrepentirme, y agradecía en parte que se haya anticipado a mis pensamientos. Tomó mi rostro entre sus manos y enredó con suavidad sus dedos en mi cabello, bajó con delicadeza hasta el borde inferior de mi camiseta y tocó mi piel con sus manos levemente frías. Me quejé un poco por la sensación pero fue mejorando a medida que avanzaba. Quitó mi camiseta y besó mi cuello de manera dulce; lo ayudé a desabrochar mi brasier y a tirarlo lejos, exponiendo mis senos a sus ojos. Gracias al amanecer que tomaba presencia de a poco a través de la ventana, pude notar las mejillas rosadas de Yoongi convirtiéndose a un rojo más intenso.

Me sentía algo avergonzada pues hace demasiado tiempo que no intimábamos y que me veía desnuda. Se quitó su ropa ágilmente permitiéndome apreciar su abdomen más trabajado de como lo recordaba. Aún mantenía la costumbre de vestirse completamente de negro, incluso su ropa interior. Sus labios volvieron a rozar los míos con premura y crucé mis brazos por su cuello para acercarlo más a mí. Por supuesto que no esperábamos en lo absoluto una llamada entrante en su móvil, ni mucho menos con el nombre de "Bang PD-nim" alarmándonos a ambos hasta los pies.

Se levantó rápido y lo tomó para contestar, sentado en el borde de la cama y yo cubriéndome el pecho con una almohada intentando oír la voz del hombre pequeño y mayor.

—Bang PD-nim.

Yoongi... Lamento llamarte tan temprano, ¿estabas durmiendo?

—No...

Oí que Haeyoung llegó a Corea. ¿Es verdad?

—Sí.

—Bien. Ya sabes qué pienso de ello, ¿verdad?

—Sí, señor...

Por favor, no cometas ninguna tontería, Suga. Confío en ti.

—Sí, señor... Nos vemos en la empresa.

 ❥ Hᥱr ||『𝑴𝒊𝒏 𝒀𝒐𝒐𝒏𝒈𝒊』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora