❥ Hᥱr ||『𝑴𝒊𝒏 𝒀𝒐𝒐𝒏𝒈𝒊』

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Sentía la cabeza pesada y un malestar general, sabía que estaba recostada porque sentía el colchón debajo de mi cuerpo, sin embargo, tardé un poco más de tiempo en darme cuenta de que tenía una mascara de oxígeno en el rostro y además, que estaba en un hospital por el ruido del monitor de signos vitales. Abrí de a poco los ojos pues estos me ardían, observando a mi alrededor y notando que estaba en una habitación privada. Vi a Jimin sentado junto a Taehyung en el sofá frente a mi cama, ambos jugando o texteando en el teléfono; giré la cabeza otro poco en busca del pálido pero no lo encontré.

—¿Hae? —escuché la voz grave y emocionada de Tae al notar que había despertado —Jimin, creo que Hae despertó.

Escuché cuando se levantaron y se acercaron a la cama, ambos a cada lado de esta. Jimin acarició mi cabeza con cuidado y analizó mi rostro preocupado.

—Hae, ¿cómo te sientes? ¿Te duele algo? —intenté responder con palabras pero no podía aún, sentía la boca seca y los veía algo borrosos, tal vez por la anestesia o el mareo tras los analgésicos que me estaban poniendo, así que me limité a negar con la cabeza lentamente —¿Te duele al hablar? —asentí.

—Yoongi... —logré decir con la voz afectada y rasposa, apenas audible, sorprendiéndome a mí misma pues no creí que estaría tan mal.

—Lo llamaré —dijo Tae saliendo de la habitación y marcándole a mi esposo.

Miré a Jimin confundida esperando que entendiera lo que intentaba preguntar, y me alegró saber que lo hacía después de tantos años de amistad y de vivir juntos.

—Está en el departamento hablando con la policía. Le dije que le avisaría cuando despertaras, ya debe estar en camino. Estaba súper angustiado, llegó llorando junto a Nam y Hobi, Hye casi lo golpea y nos enteramos de que estás embarazada. ¡Estás embarazada, Hae! ¡Felicidades! —besó mi frente y envolvió mi mano en las suyas —Ah, el bebé está bien. Eso dijo el doctor, el cuchillo no alcanzó a llegar al útero o algo así. Perdiste sangre pero ya estás llena de nuevo, no sé qué termino usan médicamente... ¿Te mareo mucho si te hablo? —negué —¿Yoongi no sabía que estás embarazada? —negué otra vez —Ah... eso explica la cara que puso cuando escuchó al doctor. ¿Te imaginas a Yoongi más pálido de lo que es? Pues te lo perdiste —solté una pequeña risa y sonrió.

—Ya viene —dijo Tae entrando de nuevo a la habitación y mi estómago cosquilleó. No olvidé la pelea que tuvimos antes, pero el cosquilleo se debía a ver nuevamente a mi esposo que tanto extrañaba, un cosquilleo de emoción —Dijo que tardaría menos de cinco minutos, pero Seokjin hyung le quitó el teléfono y me dijo que él lo traería porque Yoongi hyung no sería capaz de conducir bien. Ah, y le pedí a las enfermeras que avisaran que has despertado.

Me hicieron compañía hasta que el doctor llegó a chequear mis signos vitales y comentarme lo que había sucedido en el quirófano, que el bebé estaba bien y que tendría que quedarme un día más para que puedan controlarme, solo por precaución, pues ya no podían darme cualquier analgésico teniendo en cuenta de que estoy embarazada, además de que era un embarazo riesgoso y complicado considerando mi ficha clínica y la incompatibiliad entre Suga y yo. La puerta de la habitación se abrió de sopetón minutos después, permitiéndome ver a Yoongi con los ojos hinchados y el rostro demacrado. Los chicos nos dejaron solos pero él se quedó plantado junto a la puerta, como una estatua, analizando mi estado con las manos temblorosas. Quería preguntarle si iba a quedarse ahí todo el día pero cuando intenté hablar mi garganta comenzó a picar y yo a toser. Se acercó rápido a mi lado y tomó mi mano con cuidado de no desconectar nada, sentándose en el asiento junto a mi cama y viéndome preocupado.

—Hae... —susurró. Lo miré y esperé que continuara, pero su labio temblaba debido a la tristeza y me rompía el alma verlo así.

Sonreí para calmarlo pero parece que fue peor, pues se puso a llorar agachando la cabeza y escondiendo su rostro en el cobertor. Levanté mi otra mano hasta llegar a su cabeza para poder acariciar su cabello. Sabía muy bien que habíamos peleado hace unas horas y todavía no entendía qué mierda hacía con Chungha después de un viaje de no sé cuántas horas en vez de regresar a casa conmigo, pero no era el momento de pedir más explicaciones.