La Gatita Del Amo

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La gatita del Amo (Primera parte)

Yo soy esa gatita de mi Amo, esa que él cuida y protege, esa gatita de uñas bien afiladas y de temperamento de mierda, esa felina indomable cuando esta en la calle, pero en casa cuando veo los ojos de mi Señor yo quedo ensimismada.

Yo soy esa gatita que escribe sobre su piel el deseo que lo consume, ese motivo por el que sus ojos centellean de lujuria, esa mente lujuriosa que lo lleva al éxtasis, ese hombre sabe que no habrá otro cuerpo, ni otra mente, ni la libertad que yo le daba, no encontrará eso en otros mares más calmados porque a él le gusta este mar incesante que soy yo.

Ese día llegué a casa me coloqué mi atuendo de mi rol de Pet play, ¡¡ carajos como lo amaba!! pero no tanto como lo amaba él y su mente llena de lujuria...

Camino a gatas hasta llegar a su sillón donde me espera, y mientras voy hacia él mi flor palpita, mis pezones están turgentes, empiezo a humedecerme y el calor sale de mi como ráfaga, muerdo mis labios, lo miro necesitando su aprobación...

Él con su voz gutural, con su postura bien puesta me dice :

-Ven gatita mía, ven con tu dueño.

Yo asiento ante su aprobación, con esa convicción de seguir la siguiente orden que dé, saben la sumisión no es un juego, es un estilo de vida que yo elegí por pura convicción, amo entregarle a mi Señor la potestad de mi voluntad, nadie interfiere entre nosotros porque esa conexión es tan fuerte que nos hace necesitarnos mutuamente, tengo la certeza de mi rol, lo abrazo con toda decisión, entrega y sin reservas para el hombre que me ha dado más que cualquiera.

Él se levanta, me hace una señal de espera, en ese momento claudico ante el vértice de sensaciones que provoca el solo gesto que ha hecho, lo espero con la cabeza baja mirando el suelo, no puedo verlo, pero si escucho el cajón abrirse, algo saca, mis pulmones los mando en ese momento al infierno que ya he desatado yo misma, pues para mi el infierno lo llevamos dentro de cada uno y cada quien decide en qué vivir y yo soy experta en hacer uno con ese demonio al que le llamo señor donde vivo gustosa de mi propio averno.

Aquel hombre tan serio, tan medido sé proclamó mi dueño, me proclamó suya, su posesión me hace descolocar, ese hombre ha hecho de mi la mejor sumisa, pero esa sumisa que soy es solo para él.

Se acerca y mi corazón repiquetea a mil, respiro profundo, siento mi garganta seca, mi mente está inquieta... Él se acerca y se acerca más, susurrandome...

- Acaso ya quieres la leche de tu Señor que te estas contorsionando mientras llego hacia ti, tu corazón es mío gatita...

Esto último lo dice de una manera que trastoca más mi sentidos ¡¡Carajos yo amo cuando me dice gatita!! Pienso en ¿Qué hará conmigo? Y ese hombre todo lo sabe, mis movimientos, mis gestos, mi forma de actuar la conoce perfectamente...

-Vas a disfrutar tanto que hoy vas a llorar por esta leche que tanto ansias en tu boca.

Me martiriza como no tienen idea, juega con mi mente porque sabe que soy esa sumisa alpha resistente, sabe lo mucho que puedo aguantar mentalmente y físicamente.

-Asiento pues no me ha dado permiso de hablar.

-Quiero que des un maullido gatita mía, quiero que así hoy vocalices tu dolor y tu placer.

¡¡Ñerda mi dolor y mi placer!! Eso me alertaba más y me causaba más deseo.

Se acercó a mí quitándome lentamente el atuendo de gata que llevaba, sus manos pasaban delicadamente por el cierre y yo estaba a punto de una combustión sin él tocarme, lancé un maullido en ese momento de suplica...

-No vas a correrte mi bella sumisa.

En ese momento quedo desnuda completamente ante él, mis senos están jugosos esperando su lengua, mi vientre parece tener un hormigueo, él se acerca y acaricia el lunar que tengo junto al ombligo, ese lunar que dice que marca su perdición, se agacha y pasa su lengua, yo gimo en un maullido agónico, me mira y yo agacho la cabeza.

- Dime si quieres que recorra tu valle gemelar, si quieres sentir mi hombría dentro de tu rica gordita.

¡¡Puta madre!! Ese hombre me estaba hablando de esa manera que me retumbaba todo mi ser. Yo asentí, ya quería hablar, pero no podía, debía esperar su orden...

Continuará...

Mile Morales"Dulce Cayena "🌺
Bitácora erótica de una Dulce Cayena
Barranquilla - Colombia

El orbe erótico de la sumisión Where stories live. Discover now