El orbe erótico de la sumisión

Desmadejada Con Mi Placer

Desmadejada con mi placer

Amanecí como brama ardiente en mi entrepierna, los rayos de sol de la mañana me despertaron y un espasmo en mi vulva me sacaron de mis pensamientos, apreté mis piernas pensado al único hombre que ocupaba mis más bajos pensamientos, en eso se convirtió mi demonio, en ese ser indómito que me toma cada vez que mi deseo anida en mi fuente de placer.

Hice a un lado mis bragas, estaba tan caliente por esta cuarentena ya que ese virus a todos nos tenía estresados, estaba tan arrechª que parecía perrª en celo excitandome hasta cuando iba al baño a orinar, llevé mis dedos a mi clít0ris y gemi pausadamente, de una forma u otra quería darme placer así que empecé a juguetear con mi botón de placer, enseguida empecé a humedecerme, mis dedos se empaparon, levanté un poco mi trasero simulando una cogida y empecé a subir cada movimiento de mis dedos alrededor de mi clít0ris.

Apreté mis labios o mi mamá podría sorprenderme, acaricié mi entrada que estaba empapada e introduje dos de mis dedos y empecé a moverlos con esa puta maestría que tanto me hacía hervir en frenesís, empecé a sentir como mi sex0 chorreaba, como mis 0rgasmos llegaban peor que un tsunami, esa putª combustion de placer me hacía perder la noción, lloré de desesperación, me toqué hasta quedar desmadejada por mi misma, suspiré pensándolo, una vez más ese sucubo se había metido en mi cabeza y en mi cuerpo.

Desde que estoy con él tengo las mejores maratones de sex0, creo de eso se trata cuando conoces un hombre de verdad, ese que evita que sufras y que se asegura que las únicas lágrimas que derrames sean de placer, así como debe ser un hombre siempre.

Mile Morales"Dulce Cayena"🌺
La desquiciada de las letras
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